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Valencia sólo tiene una estación que mide toda la polución del aire

El PSPV denuncia que la ciudad supera los límites de contaminación

Sara Velert

Malos humos. Valencia supera cada vez más los límites de contaminación del aire fijados por las directivas europeas y, sobre todo, carece de una red solvente de mediciones. Además, el único aparato que marca la polución con los parámetros europeos está en el Jardín de Viveros, rodeado de árboles, con lo que no refleja la incidencia del tráfico.

El PP replica que la calidad del aire ha mejorado y encarga un diagnóstico
Los datos revelan registros altos de contaminantes en algunos aparatos

Así lo denunció ayer la concejal socialista Carmina del Río, que echó mano del informe anual de 2006 sobre la contaminación atmosférica de la Consejería de Agua y Medio Ambiente, y de datos de la propia oficina de estadística del Ayuntamiento, para exigir al equipo de gobierno del PP que actúe. Éste aseguró sin aportar todos los datos que la contaminación atmosférica ha disminuido en 2007.

El estudio anual de la consejería revisa los registros de diferentes componentes de la contaminación del aire que se respira en la ciudad y el área metropolitana. Para ello, utiliza las mediciones de siete estaciones, cinco de ellas de la red fija de Valencia, una en Quart de Poblet y otra en Burjassot. En el caso de Valencia, cuatro de los medidores superaron en 2006 la media anual de niveles de dióxido de nitrógeno -asociado a la combustión de la gasolina- que establece la normativa. Frente a los 48 microgramos por metro cúbico fijados para 2006 como valor promedio anual -en 2010 deberán bajar a 40-, los aparatos de la Pista de Silla, Nuevo Centro, la avenida de Aragón y la calle de Linares marcaron entre 54 y 62. Además, en 20 ocasiones se superaron las concentraciones horarias recomendables.

El análisis de calidad del aire indica que otros contaminantes, como el dióxido de azufre, el monóxido de carbono o metales pesados, se mantuvieron en 2006 fuera de valores máximos. En cambio, de las partículas en suspensión, a las que se debe el aspecto nebuloso del aire contaminado y que también afectan a las vías respiratorias, se midieron "valores de concentración elevados". No se rebasaron los límites máximos anuales, aunque el porcentaje de datos fue insuficiente para asegurarlo, añade el propio informe. Los registros proceden de la única estación que mide las partículas en suspensión como lo exige la normativa europea, resaltó Del Río, y el porcentaje de datos válidos del aparato sólo llegó al 64,9%. "Es la única que puede medir el factor más contaminante para la salud, lo que es tremendamente irresponsable", denunció la concejal socialista. "Las estaciones de medición de Valencia no están preparadas" para ofrecer una "información válida y completa", insistió. De hecho, en el informe de la consejería para Valencia sólo se da por válida la estación de Viveros para partículas en suspensión, y en la estadística de mediciones diarias de Medio Ambiente no aparece este parámetro en los demás aparatos.

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Del Río destacó que en 2007 también se han incumplido los límites de varios contaminantes del aire. Por ejemplo, en la calle de Linares la media del pasado abril alcanzó los 81,8 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno.

Las responsables del Laboratorio Municipal, Lourdes Bernal, y de Calidad Ambiental, Maria Àngels Ramón-Llin, en un comunicado, intentaron diluir los datos de Valencia en el contexto metropolitano, y defendieron la validez de los registros. Según las concejales, en 2007 se redujeron los valores medios anuales "en todas las estaciones" y en algunos casos quedaron por debajo de la exigencia europea. El PP tiene "en trámite" la contratación de una consultoría para un diagnóstico de la contaminación atmosférica que sirva de referente a un plan de mejora de la calidad del aire.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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