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Reportaje:

Víctimas con memoria

Un documental recupera el testimonio de varios niños y jóvenes valencianos que sufrieron la represalia franquista tras la guerra

No todas las víctimas de la represión franquista acabaron enterradas en fosas comunes, encarceladas o en el exilio. Muchas más tuvieron que aprender a sobrevivir tras la Guerra Civil con el estigma de pertenecer a una familia de "rojos", obligadas a no hacer mucho ruido y sufriendo, pese a su corta edad, diversas represalias. A todos ellos rinde un homenaje el documental Castigats, que a través del testimonio de siete "víctimas valencianas inocentes" de la represión franquista pretende otorgar a todo este colectivo un reconocimiento moral.

Joaquín Sala tenía siete años al terminar la Guerra Civil. Su padre era concejal socialista en Pego y tras luchar en el bando republicano acabó encarcelado. Ayer, tras la presentación del documental, rememoraba cómo en sus visitas a la prisión, su padre le pedía que lo recordara cuando se hiciera mayor, conocedor de que su fusilamiento estaba muy próximo. Más tarde, ya viuda su madre, les quitaron la casa y unas prensas de fabricación de azulejos para suelos hidráulicos que podían servirles de modo de vida. También recuerda cómo a su abuelo, que había perdido un hijo y un yerno, "aún le hacían levantar el brazo los falangistas". Murió después de la contienda: "Se quiso morir, tuve que hacerme mayor", resume. Empezó a trabajar con 12 años. "Los rojos, como decían ellos [los franquistas], no tenían derecho a vivir", resumía Sala.

"Los franquistas decían que los rojos no tenían derecho a vivir"
El documental se estrena este sábado en Valencia

"Se ha sufrido mucho", añade Evaristo Casillas, un niño de 11 años en 1939. "No podías hablar", recuerda.

El padre de Casillas también fue fusilado en 1939 en Dénia, como el de Sala o el de Fernando Oltra. Junto a ellos, el documental recoge las vivencias de Juan Matías Marhuenda, enviado a un batallón de trabajo pese a ser hijo de viuda porque su expediente fue ocultado, o de Elisa Villalta, que sufrió la lejanía del exilio de su padre en Orán y el fusilamiento de su tío.

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"Nos interesaba más indagar en los sentimientos de personas anónimas que, sin ser políticos sufrieron la represión durante años sin haber hecho absolutamente nada más que estar en el momento y en el lugar equivocado", explicó Vicente Pascual, miembro del Taller de Imagen de la Universidad de Alicante, encargado de la producción. Personas anónimas que sirven "de ejemplo de lo que han sufrido muchísimas víctimas del franquismo, que merecen una reparación moral", reclamó a su vez el profesor José Miguel Santacreu, director de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación, a quien la Comissió de la Veritat encomendó el proyecto. El documental se estrena este sábado en Valencia, según Joan Baptiste Basset, de l'Arxiu de la Memòria, que patrocina el relato.

Los realizadores del documental, ayer, junto a tres hijos de fusilados por el franquismo.
Los realizadores del documental, ayer, junto a tres hijos de fusilados por el franquismo.Joaquín de Haro

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