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Reportaje:

"Vivimos en un país donde 43 muertos no significan nada"

Las familias de las víctimas del metro evocan la tragedia dos años después

"Vivimos en un país donde 43 muertos no significan nada. No existían las medidas de seguridad más básicas y siguen sin existir y no pasa nada ¿De qué sirve vivir en una Valencia cosmopolita si puedes morir cuando te vas a las rebajas en metro?" Han pasado dos años desde el mayor accidente de metro registrado en España -que el 3 de julio de 2006 dejó 43 víctimas mortales y 47 heridos en la línea 1-, y Beatriz Garrote, familiar de uno de los fallecidos resumió ayer con ese "no pasa nada" la soledad con la que arrostra su dolor.

Los familiares e integrantes de la Asociación de Víctimas del 3 de Julio recordaron ayer el segundo aniversario de la tragedia condenadas al ostracismo por las principales autoridades políticas y eclesiásticas y con los principales responsables políticos del metro en sus puestos. Mientras los familiares recorrían en metro el trayecto que no pudieron completar las víctimas y realizaban una ofrenda floral, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, participaba en un acto de regatas en Alicante. Camps, que sigue sin recibir a los familiares desde el accidente, aprovechó su asistencia al acto deportivo para decir que "siempre" llevará "en el corazón" el recuerdo de las víctimas del metro. La alcaldesa de Valencia se limitó a aceptar participar en una concentración de recuerdo frente al Consistorio a petición de los socialistas. Y el arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco, optó por contraprogramar la misa prevista en la catedral de Valencia por la asociación de familiares con otro servicio religioso en Torrent.

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En este clima tuvo lugar ayer el homenaje de la Asociación de Víctimas del 3 de Julio. Fue en el parque situado sobre la curva donde el convoy de la línea 1 descarriló. "¡Qué vergüenza ser valenciano, los políticos se venden por barcos de vela y coches de carreras!" Francisco Hernández se quejaba a viva voz, ayer que se cumplían dos años de la muerte de su mujer. Las camisetas negras diferenciaban a los familiares. El estampado era sobrio: una foto del familiar perdido y, en letras doradas, la leyenda 43 muertos + 47 heridos = 0 responsables. Enric Chulio, presidente de la asociación de familiares, insistió en que "los homenajes son un reto personal, no actos reivindicativos", aunque en el sentimiento se entremezclan ambos.

Al acto acudieron concejales y diputados socialistas y representantes de otras formaciones de izquierda. El PP no se asomó, se conformó con el minuto de silencio en el Ayuntamiento. Sin aplausos. La ofrenda floral tuvo lugar tras "completar el recorrido que ellos no pudieron hacer", dijo Chulio. Los familiares recorrieron las 10 estaciones de la línea 1 y guardaron un minuto de silencio en cada parada entre las estaciones de plaza de España y de Torrent-Avinguda. Los maquinistas detuvieron durante tres minutos todos los convoyes de la línea 1 justo a las 13 horas. En ese momento en el que, hace dos años, 43 relojes se pararon y los móviles enmudecieron.

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