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Reportaje:

Un aeropuerto para los halcones

El aeródromo de Castellón tendrá el control de fauna más caro

No está previsto que el aeropuerto de Castellón entre en funcionamiento hasta abril de 2012. Para entonces tampoco es seguro que aterrice algún avión, ni se ha anunciado acuerdo alguno con una compañía aérea. Pese a todo, Aerocas, la sociedad pública Aeropuerto de Castellón (formada por la Generalitat y la Diputación) ha licitado recientemente el servicio de control de fauna y desalojo de aves para contratar a tres expertos en cetrería y a un huronero que, según el pliego de condiciones, empezarían a trabajar el próximo mes de enero.

En total, la sociedad ha fijado en 112.000 euros al año más impuestos el importe base de este servicio, cifra que supera lo que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) está pagando por el mismo servicio en el aeropuerto de Valencia y en el de Alicante. En Manises, AENA desembolsa 106.000 euros anuales por tres halconeros y una veintena de aves. En L'Altet, con solo dos expertos y unas 13 rapaces, el coste es de 96.000. Pero en el aeródromo castellonense trabajarán cuatro personas. Tres halconeros y un huronero, con ocho ejemplares de cada especie, que fijan el coste de licitación por encima de los dos aeropuertos públicos de la Comunidad Valenciana. En tres años la sociedad pública pagará 450.000 euros.

El servicio sale a concurso por 112.000 euros al año

El elevado coste, que podría rebajarse no obstante en la adjudicación, ha levantado muchas críticas. Sobre todo porque se podría llegar a pagar sin que aún haya aviones a los que proteger de las aves. Pero para los expertos el precio es el adecuado.

"Gracias a dios, hay pliegos como el del concurso de Castellón que incorporan mejoras aprendidas por deficiencias en otros aeropuertos", destaca Javier Ceballos, delegado de cetrería del Ministerio de Cultura. Según explica, el servicio de halconeros "no depende del número de vuelos". "Conviene que haya un mínimo equipo de expertos para valorar la variada casuística que se puede ir presentando a lo largo del año, por un solo avión que sufra un percance ya está justificado el pequeño incremento de tener un experto más en el equipo", asegura. Algo en lo que coincide Fernando Olmos, halconero del aeropuerto de Manises: "Siempre que sea por seguridad, no es dinero malgastado". Olmos controla a través de su empresa otros cuatro aeropuertos y quiere optar al servicio de halconeros de Castellón donde, según dice, "hay un problema añadido". Se refiere a la zona de especial protección para aves (ZEPA) que rodea toda la instalación por la presencia del aguilucho cenizo.

"AENA ha tardado en descubrir en la cetrería el recurso más rápido, barato, ecológico y eficaz para erradicar aves del entorno de los aeropuertos. Sin embargo, cuando lo ha hecho, han proliferado propuestas de servicios que han conseguido contratas por bajar significativamente los precios", sostiene Ceballos. De hecho, hay casos como los de San Sebastián y Melilla (que tienen un tráfico cercano a los 300.000 pasajeros, a los que aspira Castellón) donde el control de la fauna cuesta 83.000 y 62.000 euros respectivamente.

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"Urge profesionalizar este servicio", aboga el experto en cetrería del Ministerio, "apenas debería primar lo económico frente a la experiencia, método y equipo de aves que aplique el candidato. En cualquier aeropuerto, tenga el tamaño o tráfico que tenga, debieran poder trabajar con una remuneración decente al menos tres expertos en cetrería". De hecho, desde el sector se ha planteado la creación de una titulación en halconero de aeropuerto e, instalaciones como la de Castellón (en la que se prevén pocos vuelos) sería idónea para una posible escuela de halconeros.

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