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Columna
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La ambicion de un pueblo

Hoy es 9 de octubre, el día del pueblo valenciano, un día en el que celebramos que gracias a nuestro pasado podemos mirar con confianza al futuro como un pueblo fuerte, potente y carente de complejos; una buena oportunidad para trazar las nuevas metas por las que los valencianos queremos seguir luchando cada día.

Estamos orgullosos de los logros alcanzados en los últimos años y, aunque la situación económica actual es compleja, no nos vamos a rendir. Sabemos que es posible hacer frente a la actual coyuntura con decisión, con firmeza, con ambición; sabemos que es posible seguir avanzando para seguir alcanzando nuevos sueños.

No vamos a caer en el conformismo o en la autocomplacencia. Aspiramos a ganar nuevas cotas de prosperidad y a liderar los cambios que van a transformar nuestra sociedad en los próximos años. No vamos a esperar a que se produzcan esas transformaciones, vamos a conquistarlas. Iremos por delante y seremos capaces de adaptarnos a las nuevas circunstancias económicas y a los nuevos retos. Avanzando juntos lo conseguiremos.

Los valencianos siempre fuimos capaces de superarnos y la realidad nunca defraudó

Los valencianos siempre fuimos capaces de superarnos y la realidad nunca defraudó nuestras expectativas. La ambición como pueblo nos hizo más grandes, nuestro espíritu emprendedor nos llevó a fijar siempre nuevas metas, a exigirnos más y a abrir nuevos caminos, a explorar nuevas oportunidades, a crear más riqueza y prosperidad, a superar situaciones económicas como la actual, a convertir las dificultades en oportunidades, a seguir luchando por lo que creemos.

Ambicioso fue aquel valenciano que hace muchos siglos soñó con canalizar el agua de los ríos para regar los campos de nuestra tierra. Aquel que vio en la seda o en el arroz unas inmensas posibilidades de futuro, el que impulsó el cultivo del naranjo, o el que llevó las primeras partidas de naranjas, de baldosas o de zapatos a los mercados extranjeros. Lo fue el que aprovechó la energía hidráulica para alimentar las fábricas de las montañas del interior o aquel que levantó el primer hotel en la costa.

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Ambiciosos fueron aquellos valencianos que hace cien años pusieron en marcha la Exposición Regional de Valencia para poner a la Comunitat Valenciana en el mapa del mundo, para situarla en el tren de la modernidad y el progreso, para apoyar a una región que quería estar a la altura de sus ambiciones. Ambiciosos fueron los que creyeron que la Comunitat tenia que seguir creciendo.

Los valencianos del siglo XXI viven nuevos retos pero, hoy como ayer, seguiré trabajando para hacer realidad sus sueños y aspiraciones, para seguir progresando y mostrando el orgullo de un pueblo que quiere seguir respetando el pasado y conquistando el futuro.

Hoy es ambicioso aquel que trabaja en un laboratorio para convertir en logros tangibles para la sociedad los nuevos descubrimientos; quien crea programas que facilitarán el trabajo diario de miles de personas; quien diseña para mejorar la calidad de los productos; quien lucha por aprovechar aún más los recursos hídricos; quien aspira a conseguir una sociedad que aproveche de manera racional y sostenible los recursos naturales y quien trabaja duro cada día para aliviar el sufrimiento de los desfavorecidos y mejorar la calidad de vida de todos nuestros ciudadanos. Ésa es también nuestra ambición.

Nos sobran razones para ser optimistas a la hora de enfrentarnos a ese gran reto. Contamos con una sociedad que es consciente de su potencial y que tiene un gran afán por ir adelante.

Nuestros jóvenes han recibido una gran preparación y deben seguir apostando por la formación para ser más competitivos, para crecer en conocimiento y en experiencia. Hemos sabido adaptarnos a las nuevas tecnologías y convertir su uso en una gran oportunidad, debemos seguir apostando por la innovación y el trabajo bien hecho en nuestros productos y nuestros servicios para ganar en calidad y en excelencia.

Una Comunitat se construye con sueños, con proyectos de futuro, con grandes desafíos que pongan a prueba nuestras capacidades y nuestra determinación. La Comunitat que queremos es grande, abierta y generosa, acogedora y próspera. Es diversa, pero está unida en lo fundamental. Es solidaria y sabe estar junto aquellos que lo necesitan. Esa sociedad cohesionada por la que tanto hemos luchado es hoy una realidad y queremos que en el futuro surjan aún más oportunidades para todos, más posibilidades para luchar por una vida mejor, más caminos y escenarios que explorar.

Los valencianos queremos hacer realidad un sueño. El sueño de construir una Comunitat Valenciana mejor cada día, mejor para nuestros hijos y para las futuras generaciones. Y ese es un sueño por el que vale la pena luchar y trabajar todos los días. Con orgullo, con ilusión y valentía.

Francisco Camps Ortiz es president de la Generalitat.

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