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Un arca para salvar Benagéber

Valencia tiene un paraíso escondido entre montañas, entre Tuéjar y Titaguas. El edén valenciano se encuentra oculto en Benagéber, un pueblo que cuenta con tan solo 164 habitantes y que ha estado al borde de la desaparición. El alcalde de la localidad, Rafael Darijo, decidió que no se podía perder una belleza semejante y que el pueblo podía salir adelante con las posibilidades eco-turísticas con las que cuenta el pequeño municipio. "Es una buena idea" pensó Darijo, un barco solar, silencioso, ecológico y sostenible que surque las aguas del embalse de Benagéber, uno de los más grandes de la Comunidad, que daría, además, nuevos puestos de trabajo, una razón más para no abandonar el pueblo. La iniciativa, surgida directamente del Ayuntamiento, consiguió la subvención europea de Ruralter Leader, que da prioridad a proyectos de conservación y recuperación del paisaje. De los 100.000 euros que costó el barco solar, 63.500 son fondos comunitarios.

El embalse de Benagéber tiene una belleza similar a los fiordos noruegos

El viaje es agradable. El embarcadero es pequeño y se respira tranquilidad. Una vez dentro, el guía explica que el barco solar cuenta con nueve placas situadas en el techo y un ordenador central que gestiona la carga, es decir, la energía que no se utiliza en el recorrido, por lo que se puede navegar incluso en los días nublados ya que la batería tiene unas 150 horas de autonomía.

La ruta elegida es la Panorámica, la más larga, de momento, donde el barco se adentra en la desembocadura del río Turia y el guía, Carlos Álamo, cuenta cómo se hundió el antiguo pueblo de Benagéber, sepultado bajo el agua donde todavía se puede ver la iglesia, cuando el pantano "no está tan lleno".

El embalse de Benagéber empezó a construirse en 1931, pero debido a la Guerra Civil se detuvo la obra, que volvió a reiniciarse en 1941. Esta vez, los constructores eran presos políticos de la dictadura. Hoy, es un paraje irrepetible, tan grande como 400 campos de fútbol y "una manera distinta de viajar", cuenta Carlos, el guía.

En el futuro, dice el alcalde, "queremos hacer rutas de 3 horas" y poner en marcha "desde septiembre" una añadida donde se parará en la reserva natural de Valdeserrilla, abandonada por la Consejería de Medio Ambiente en 1994 por "no disponer de fondos" y recuperada por el Ayuntamiento en este ambicioso plan natural. "La idea es acostumbrar a los animales a comer en el embarcadero para que puedan observarse y fotografiarse en un hábitat salvaje" dice Álamo. Garzas, corzos, caballos salvajes, águilas, muflones y demás animales, se mueven en libertad en este paisaje digno de los fiordos noruegos.

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Desde su inauguración el 26 de junio, ya son 2.100 las visitas que ha recibido este peculiar barco solar, una cifra que sigue creciendo, por lo que Darijo empieza a pensar en la posibilidad de adquirir otra embarcación.

El viaje termina con una invitación a la reflexión sobre el agua y la naturaleza ya que "con el agua del embalse se podría dar de beber a toda la población mundial por cuatro meses" concluye Álamo.

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