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Reportaje:

El búlgaro buen samaritano

Un inmigrante que mantiene a su familia con una pensión de 490 euros encuentra 2.000 en la calle y los entrega a la policía

Ignacio Zafra

La historia va de búlgaros, policías y fajos de dinero. Empieza con una bolsa. Que valía los trajes de boda del novio, de la madre y de la abuela. Desde otra perspectiva, valía muchos kilos de pan y muchos litros de leche; la dieta con la que vive la familia de Jeliazko Petkov.

La bolsa -"un bolsito vaquero con flores de pedrería"- la perdió el martes 27 de febrero Otilia Navarro, ama de casa, de 51 años, en la estación de L'Eliana, a las cuatro y media de la tarde. Se acuerda porque a esa hora debía llegar y no llegó el metro con su madre.

Otilia llevaba ese día dos carteras. Una, con la documentación y el dinero corriente. La otra, con 2.000 euros. Abrió el bolso en la estación. Cuando comprobó que su madre no iba en el metro, se dirigió a la modista. Encargó los trajes, hizo ademán de pagar y le dijeron que ya los pagaría. Después fue al supermercado, regresó a casa, se acostó.

Hasta la mañana siguiente no descubrió que la bolsa había desaparecido. Volvió a la estación y preguntó en el supermercado. Luego, con pocas esperanzas, se acercó a la comisaría de la Policía Local. Le pidieron datos, mostró el bolso vaquero a juego con el perdido y le dijeron que el dinero había sido ingresado en una cuenta municipal. Lo había entregado esa misma mañana el ciudadano búlgaro Jeliazko Petkov.

La familia de Otilia, casada con un ferroviario, es de clase "trabajadora". La de Petkov, de 75 años, no alcanza esa categoría.

Nacido en Popina, a un tiro de piedra de la frontera con Rumanía, Jeliazko llegó a L'Eliana en 1990, en pleno proceso de desintegración del bloque soviético. El coche en el que viajaba con su mujer sufrió un accidente. Aprovecharon para pedir asilo político. Petkov era ingeniero. Su esposa, fallecida hace pocos años, médica. Ninguno pudo ejercer. Ella se hizo masajista. Él se ganó la vida como pudo. Luego llegaron su hija y su marido. La primera lleva tres años en paro. El segundo acaba de empezar a trabajar de jardinero. Sobreviven con los 490 euros que Petkov recibe de pensión de viudedad. Son lo que Constantino Antón, el jefe de Policía de L'Eliana, describe como "una familia muy humilde".

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La tarde que encontró el dinero, Petkov no lo devolvió. Tampoco dijo nada en casa. A la mañana siguiente lo llevó a comisaría. Dice Antón que el búlgaro no sabía que, según el Código Civil, pasado un año sin que nadie lo reclamara, podía recuperarlo.

La boda será el 3 de agosto, en la Iglesia del Seminario de San José, en Godella.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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