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El calzado pierde mil empleos en el Vinalopó

Carmen tiene 30 años y trabaja en el calzado desde los 15. El 1 de septiembre fue a incorporarse a su puesto de envasadora tras las vacaciones, cuando encontró un candado y una cadena en la puerta de la empresa. El negocio cerró sin previo aviso y debe esperar a que se resuelva judicialmente la situación de la empresa para solicitar el subsidio de desempleo. Quiere aprovechar para estudiar y buscar trabajo en otro sector. "No me gustaría volver al calzado. Las jornadas son de diez y doce horas, y total, para que luego te den la patada sin ninguna explicación", argumenta. Al igual que Carmen, 320 trabajadores del calzado del Vinalopó (Alicante) no pudieron reincorporarse en septiembre porque sus empresas bajaron la persiana.

En agosto cerraron tres fábricas de calzado, dos en Elche y una en Petrer. Pero la pérdida de empleos es mayor. Este año, en el primer semestre, se registraron 63 regulaciones y se perdieron en la provincia mil puestos de trabajo, según UGT. El calzado, que a principios de esta década ya sufrió, igual que otros sectores manufactureros, una sangría de cierres y despidos debido a la competencia asiática, vive otro mal momento.

Aunque el empleo en el calzado ha caído en picado en los últimos ocho años, con una pérdida del 29% de trabajadores, el peso del sector es aún grande. En localidades como Elda, por ejemplo, la mitad de la población activa en 2007 era industrial y seis de cada diez trabajadores se emplean en el calzado, según datos del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante Josep Antoni Yborra. Fernando Casado, responsable de Empleo de CC OO-PV, incide en que muchos profesionales del sector se han marchado ante la imposibilidad de "desarrollarse".

Casado e Yborra coinciden en que la situación del Vinalopó es "más delicada" que la de otras comarcas manufactureras. Yborra considera que el calzado no ha sabido reestructurarse y marca dos "pecados": que no haya dejado desarrollarse a su alrededor una industria auxiliar fuerte (no sólo de calzado sino de complementos de moda) y que la mano de obra cualificada vaya abandonando la actividad por sus condiciones. Por su lado, el secretario general de la asociación de zapateros de Elche, José Orts, afirma que, en esta situación de crisis económica mundial, el calzado se va a seguir consumiendo, pero en vez de comprarse tres pares, se comprarán dos o uno.

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