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El campus de excelencia seleccionará grupos comunes mejor financiados

Universitat, Politécnica y CSIC crearán una vanguardia investigadora

Ignacio Zafra

Tal y como lo ven los dirigentes universitarios valencianos, lo importante del programa de Campus de Excelencia Internacional (CEI) no son los fondos comprometidos para la convocatoria del año pasado (la primera) y del actual, sino la cantidad de puertas (españolas e internacionales) que permitirá abrir en los próximos. Si eres CEI podrás entrar; si no, te quedarás fuera.

Cada puerta, como la convocatoria del programa Innocampus que se abrirá la semana que viene, lleva asociada dinero. Innocampus ofrecerá 100 millones de euros (en créditos reembolsables) por los que competirán los proyectos seleccionados como CEI, 10 o 12 como máximo. Pero el año que viene ofrecerá otros 80 millones. Y el siguiente lo mismo. Y el siguiente, si la situación económica ha mejorado, más. "Si no eres Campus de Excelencia, tendrás que competir por menos dinero con más universidades", explica Francisco Mora, vicerrector y encargado del proyecto por parte de la Universidad Politécnica de Valencia.

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Los rectores de la Universitat de València, Esteban Morcillo, de la Politécnica, Juan Juliá, y el coordinador del CSIC, José Pío Beltrán, presentaron ayer al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, su proyecto, llamado VLC Campus, con el que lucharán por ser elegidos en la máxima categoría de CEI en otoño. El año pasado, su propuesta, no lo bastante integrada, tuvo que conformarse con la etiqueta de Proyecto Prometedor. El intento sirvió, sin embargo, para acceder al primer reparto de fondos y para que este año el proyecto pase directamente a la fase final, sin filtros.

El nuevo marco CEI, admite Beltrán, generará problemas no solo entre las universidades seleccionadas y las rechazadas. Sino dentro de las mismas universidades elegidas. El Campus de Excelencia dividirá a los grupos de investigación en dos velocidades: la alta, con acceso a fondos y equipos más avanzados; y la normal, que englobará al resto.

La razón: el programa CEI distingue proyectos concretos, no universidades en su conjunto. Su objetivo consiste en identificar terrenos en los que el sistema español es potente para reforzarlos y lanzarlos a competir a escala europea y global. "Y ninguna universidad puede ser excelente en todo", añade Beltrán. Así que hay que elegir.

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El proyecto valenciano ha seleccionado tres áreas: Ciencia y Tecnología de la Salud, Ciencia y Tecnología para la Sostenibilidad, y Tecnologías de la Información y la Comunicación. Y creará para ellas plataformas organizativas comunes, explica el vicerrector de la Universitat de València Antonio Ariño.

Para acceder a las ayudas del CEI, los grupos tendrán que pertenecer a una de las tres. Y, además, dirigir su labor a proyectos que impliquen trabajo en común con las otras instituciones que integran VLC Campus. "Que sean interdisciplinares e interinstitucionales", explica Ariño.

La fórmula no solo facilitará (administrativamente) los esfuerzos comunes (como el de los grupos de la Politécnica y la Universitat que han logrado atraer a Valencia un laboratorio de la Agencia Espacial Europea), sino que los promoverá con el incentivo de los fondos, los equipos y la proyección. La meta es acabar con los patrones monodisciplinares y endogámicos que rigen hoy en la universidad.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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