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La candidata a rectora confirma un cambio histórico en la Universitat

La derrota de Furió y Soler certifica un cambio histórico en la institución

Ignacio Zafra

María Antonia García Benau disputará a Esteban Morcillo el rectorado de la Universitat de València. En un escrutinio de infarto, la primera mujer candidata a rectora de una institución que supera los 500 años, se impuso a los otros dos aspirantes, los candidatos Antoni Furió y Vicent Soler. La victoria de García Benau es histórica no sólo por su condición de mujer sino porque supone cerrar un periodo que se remonta al principio de la etapa democrática en la Universitat. Por primera vez, en la votación final no habrá un candidato más o menos vinculado al Bloc, el movimiento progresista y de corte valencianista que dominó la institución durante dos décadas.

Morcillo, salido del equipo del actual jefe de la Universitat, Francisco Tomás, confirmó los buenos pronósticos que lo situaban en primer lugar al conseguir un 36,47% del voto ponderado. Un porcentaje lo bastante bueno como para considerarlo favorito, pero no lo suficiente como para dar por segura su victoria.

La igualdad entre García Benau y Furió se mantuvo todo el escrutinio
Alumnos y personal de administración dan la victoria a la candidata

La victoria parcial de García Benau se ha basado en la campaña más fresca de los cuatro candidatos. Con un uso muy alto de la Red (especialmente Twitter), un cuidado audiovisual dirigido por el joven realizador Freddy Más Franqueza y una imagen radicalmente distinta del resto, por innovadora, que ha calado especialmente entre los alumnos, que la han aupado a la votación definitiva del día 9 de marzo a pesar de ser la menos votada en los dos estamentos de profesores, que representan nada menos que un 63% del voto ponderado. En su escalada, que ha pulverizado las encuestas, ha sido clave también el apoyo del Personal de Administración y Servicios, el otro estamento menor, que la respaldó con el doble de votos que a Morcillo.Morcillo obtuvo finalmente 13 puntos de ventaja frente a la segunda candidata. El recuento estuvo marcado, sin embargo, por el pulso entre García Benau y Antoni Furió, que combatieron hasta el último minuto y en muchos momentos aparecieron empatados hasta la centésima en el escrutinio on line que facilitó la universidad.

El duelo se decidió, como preveían las encuestas, en los estamentos inferiores. Durante gran parte del escrutinio, Vicent Soler fue el segundo más votado (después de Morcillo) entre los profesores. García Benau y Furió se distanciaron de él, sin embargo, gracias a sus mejores resultados entre el alumnado y el Personal de Administración y Servicios (PAS). El personal investigador en formación, cuyo peso en las elecciones es residual, se repartió.

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Las elecciones de ayer escriben un nuevo episodio en la historia de la institución. Hubo una época, allá por los años ochenta, en la que dos grandes grupos dominaban las elecciones en la Universitat de València. A un lado, un grupo de profesores progresistas y de corte marcadamente valencianista que se dio en llamar el Bloc (no confundir con el partido político). Al otro, un grupo de profesores muy cercano al PSPV-PSOE. En la universidad había docentes de otras corrientes ideológicas (en un tiempo en que lo ideológico era central), incluida la derecha, claro, pero sin el peso suficiente como para presentar candidato. El ganador de aquella era fue, como es sabido, el Bloc. Ramon Lapiedra (Bloc) derrotó consecutivamente a Aurelio Martínez y Àngel Ortí (ambos socialistas).

Lapiedra, catedrático de Física, estuvo 10 años al timón, venció en tres ocasiones y cedió el testigo a Pedro Ruiz, catedrático de Historia. Corría 1994 y el Bloc volvió a demostrar su hegemonía con el triunfo de Ruiz sobre un opositor llamado Francisco Tomás (que llegaría a ser rector ocho años más tarde).

Aquella elección, y la siguiente, en la que Pedro Ruiz se impuso sin oposición, fue una prueba de que la Universitat de València, sin dejar de ser una burbuja, no era inmune a los cambios que se estaban produciendo en la sociedad valenciana porque en toda la década de los noventa no hubo candidatos del PSPV-PSOE, ni a título institucional ni individual.

Francisco Tomás llegó al rectorado en 2002, en las primeras elecciones con sufragio directo, lo que reducía al Claustro a funciones más bien ceremoniales, por imposición de la Ley Orgániza de Universidades (LOU) aprobada por el Gobierno Aznar. Tomás ganó a Josep Lluís Barona y esa votación pudo ser interpretada como la primera derrota del Bloc en la etapa democrática, aunque con ciertos matices.

Tomás no era, es cierto, un representante del progresismo de orientación valencianista. Pero era visto por muchos profesores como un hombre de la casa, un representante pata negra de la Universitat de València, curtido en el Claustro y que, además, había tenido la inteligencia de integrarse en los equipos de Pedro Ruiz después de que éste le hubiese derrotado a principios de los noventa. En 2006, Tomás venció sin oposición. El motivo: una norma no escrita según la cual nadie discute el segundo mandato del rector, de modo que en realidad las elecciones a rector se celebran cada ocho años.

La victoria parcial de ayer de Esteban Morcillo y de María Antonia García Benau es un síntoma del cambio de calado que se ha producido en los últimos años en la Universitat de València. Supone la derrota de una candidatura más o menos abiertamente heredera del Bloc, la de Furió, y de otra vinculada (en el plano histórico) con los socialistas, la de Vicent Soler. Confirma el tirón del candidato salido de un equipo de perfil más tecnocrático que político. Y eleva a la catedrática García Benau, contra pronóstico, a la votación final. Y justamente esa característica de su victoria hace pensar en una euforia que bien podría acabar convertida en una marea.

María Antonia García Benau, abrazada con Esteban Morcillo, ayer tras saber que se disputarán el rectorado de la Universitat.
María Antonia García Benau, abrazada con Esteban Morcillo, ayer tras saber que se disputarán el rectorado de la Universitat.MÒNICA TORRES

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Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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