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Los candidatos a rector y Valencia

Los aspirantes a dirigir la Universitat debaten sus planes para la ciudad

Ignacio Zafra

Los cuatro candidatos a rector de la Universitat de València participaron ayer en un debate electoral. Fue el segundo pero no el último de la semana, porque hoy hay convocado otro, organizado por un grupo de mujeres de la universidad. El claustro del 23 de febrero cambiará su formato para convertirse en un cara a cara. Y a los anteriores hay que sumar el inaugural, celebrado el 20 de enero en Filología. En total: cinco. ¿Más de lo aconsejable en una campaña electoral?

Probablemente sí, teniendo en cuenta que la palabra debate se emplea por aproximación: el esquema de los actos y su naturaleza académica los ha convertido hasta ahora más bien en monólogos. Cada candidato expone su proyecto y aguarda a que le vuelva a tocar el turno. Y dado que las líneas generales de sus discursos no son tan diferentes, nada impide que la intervención de uno recuerde a otro la importancia de destacar una cuestión, lo que aumenta la sensación de estar atrapado en el tiempo.

A lo largo de la campaña se celebrarán cinco debates electorales
El acto de ayer les dio la oportunidad de referirse a cuestiones concretas
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Morcillo y García Benau se jugarán el rectorado de la Universitat de València

Los catedráticos Esteban Morcillo, Antoni Furió, María Antonia García Benau y Vicent Soler estaban ayer invitados, sin embargo, a hablar sobre Universidad, ciudad y sociedad, en el Colegio Mayor Rector Peset, donde se conserva un fragmento de muralla árabe del siglo XI, un ejemplo de la recuperación del patrimonio que ha realizado la institución. El tema debía encauzar el debate y dar la oportunidad a los candidatos a hablar de cuestiones concretas. Y más o menos así ocurrió.

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Morcillo apostó porque la universidad pase a concebir sus campus como "espacios vitales" donde no sólo se trabaja y estudia. Continúe su política de rehabilitación de edificios destinándolos a usos abiertos los ciudadanos, por ejemplo culturales o deportivos. Hacer más visible la contribución sociocultural de la Universitat con un estudio parecido al que el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas hizo con la contribución económica de las universidades públicas valencianas. Y ampliar el área de extensión universitaria enlazándola con la formación a lo largo de la vida.

Furió destacó la función de la Universitat en el terreno social, cívico y político. No debe dejar de actuar, dijo, sobre El Cabanyal, La Punta, el solar de los Jesuitas o la precaria situación de la gente del teatro. En El Cabanyal propuso instalar residencias universitarias en edificios rehabilitados y facilitar los alquileres, especialmente a los alumnos Erasmus. A los actores teatrales (que están en plena movilización por el cierre de espacios y reducción de los circuitos públicos) les ofreció las salas con las que cuenta la Universitat.

García Benau definió a la institución como metropolitana y subrayó el gran impacto demográfico, económico y cultural que tiene en su entorno, como demuestra el caso de Burjassot. Propuso digitalizar todo el patrimonio de la Universitat y difundirlo mediante las nuevas tecnologías. Crear zonas escolares en los campus de Blasco Ibáñez y Tarongers. Promover la creación de barrios universitarios. Potenciar la programación cultural del edificio de La Nau. Y crear La Nau de la Participació, en la que tendrían cabida los movimientos ciudadanos.

Soler llamó la atención sobre la ausencia de la ciudad en el plan estratégico de la institución. "Han crecido juntas y ahora hace falta que la universidad haga ciudad", dijo, "atendiendo a sus emergencias". Interviniendo en barrios degradados (situando en ellos, por ejemplo, centros de investigación) y actuando especialmente en el centro histórico y el barrio de El Cabanyal. Soler criticó la "desorganización" en la política de cooperación de la Universitat y propuso agrupar los siete organismos internos que hoy se ocupan de ella para ganar coherencia.

Propuestas

- Morcillo: Planteó pasar a concebir los campus como espacios vitales, donde no sólo se trabaja y se estudia. Y aumentar la rehabilitación de edificios y la apertura de instalaciones abiertas también a los ciudadanos.

- Furió: Reclamó que la Universitat esté en los grandes debates que genere la ciudad, dando su opinión y ofreciendo alternativas en casos como El Cabanyal, el solar de Jesuitas, o la situación del mundo teatral.

- García Benau: Apostó por promover la creación de barrios universitarios y zonas escolares en los campus de Blasco Ibáñez y Tarongers. Potenciar la programación cultural de La Nau y digitalizar y difundir el patrimonio de la Universitat.

- Soler: Destacó la importancia de integrar a la ciudad en el plan estratégico de la universidad. Propuso que intervenga en barrios degradados, estableciendo centros universitarios, y que actúe especialmente en el barrio histórico y en El Cabanyal.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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