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La concejal de Valencia Ana Botella es la nueva delegada del Gobierno

El Consejo de Ministros aprobó ayer el cese de Peralta y el nuevo nombramiento

Cristina Vázquez

Ana Botella es desde ayer la nueva delegada del Gobierno en sustitución de Ricardo Peralta. Su nombre circulaba desde hacía semanas pero hasta ayer no se confirmó oficialmente. Esta funcionaria de carrera, de 52 años, experta en temas de innovación, da el salto al Palacio del Temple tras un mandato casi completo como concejal socialista en el Ayuntamiento de Valencia, en el que se ha ocupado de temas económicos. Al Consistorio llegó de la mano de la cabeza de lista y portavoz municipal Carmen Alborch y a la delegación del Gobierno, gracias a la propuesta del secretario general de los socialistas, Jorge Alarte.

Botella, licenciada en Geografía, no es nueva en la Administración. Formada en el Instituto de la Pequeña y Mediana Industria Valenciana (Impiva), la edil dirigió en la década de los noventa, cuando el socialista Joan Lerma presidía el Consell, el Instituto Valenciano de Turismo. Cuando los socialistas dejaron el Gobierno, volvió al Impiva, donde estuvo hasta 2007, en que fue la número tres de la lista municipal del PSPV que encabezaba la ex ministra de Cultura. El próximo martes tomará posesión del cargo y dejará vacante su puesto de concejal, que ocupará Vicenta Lloris.

Su trabajo y la no pertenencia a ninguna familia del PSPV han pesado

"Es como la hormiga del cuento, trabajadora y perseverante", dicen de Botella personas de su entorno. En el Consistorio recuerdan el revuelo que se armó cuando en una de sus primeras comparecencias de prensa, dedicada a la administración electrónica, denunció que los ciudadanos debían de tocar una campanilla para avisar al funcionario municipal para que les atendiese, "parece un Ayuntamiento del siglo pasado", dijo entonces. Su estilo incisivo e insistente le ha granjeado muchas antipatías dentro del Gobierno local que preside la popular Rita Barberá. El primer teniente de alcalde de Valencia, Alfonso Grau, es con el que ha tenido un encendido debate político a propósito de la opacidad que impera en las asociaciones y fundaciones municipales. El pasado verano obligó a Barberá a reunir a los órganos de gobierno de una de estas entidades después de que aprobara las cuentas a sus espaldas.

"En todos sus choques dialécticos en los plenos, en lugar de arredrarse se ha crecido más", añaden en el grupo. No ha cometido errores notorios en estos últimos años y no pertenece a ninguna familia política. Dicen que su gestión como miembro de la gestora del PSPV en Valencia fue valorada en Blanquerías, sede de los socialistas, y a partir de ahí se incorporó al foro de cambio que coordina el ahora candidato a la alcaldía de Valencia por este partido, Joan Calabuig.

Ayer el consejero de Gobernación, Serafín Castellano, pidió a la nueva delegada un talante diferente del de Peralta. "Quiero reunirme pronto con ella para hablar de cuestiones de seguridad", añadió. Alarte la felicitó y la alcaldesa de Valencia, en la tradicional recepción de Navidad, con todas las precauciones del mundo porque no había constancia oficial de su nombramiento, se limitó a decir que el Ayuntamiento "tiene una buena cantera".

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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