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La crisis se lleva por delante los hospitales que prometió el PP

Gandia y Llíria, cerrados y Torrent, Ontinyent y Vall d'Uixó, aparcados

La Generalitat reservó este año fondos en los presupuestos para construir cuatro hospitales, además del dinero destinado al nuevo hospital La Fe. En total eran más de 23 millones de euros a repartir entre los centros de Llíria, La Vall d'Uixò, Gandia y el hospital de Ontinyent. Pero estos no eran los únicos hospitales previstos. Además, había otros en proyecto, como el hospital de Torrent. Semanas antes de las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo, el candidato a la presidencia de la Generalitat, Francisco Camps, acompañó en un acto a la candidata del PP a la alcaldía, María José Català. "Una vez más, el PP y el presidente Camps muestran su compromiso en firme con el nuevo hospital", comentó Català. Hasta en tres ocasiones figuraba el hospital de Torrent en el programa del PP.

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En el presupuesto de la Generalitat para el año 2012 que está ultimando la Consejería de Hacienda, sin embargo, no figurará el hospital de Torrent. Tampoco los de Ontinyent y La Vall d'Uixò, ni los también prometidos por el PP en Peñíscola o Benidorm. Según ha comentado el consejero de Sanidad, no habrá ni un euro para nuevos hospitales.

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Ni siquiera se abrirán los que ya están construidos, como el de Llíria o el nuevo hospital comarcal de Gandia, cuyas aperturas se arrastran ya varios años. El primero debería estar funcionando desde 2009 y el segundo desde 2010.

Ambos, según indicó el consejero de Sanidad, Luis Rosado, el jueves pasado "se abrirán cuando la sociedad valenciana se pueda permitir el lujo" de hacerlo. Lo que implica que el hospital Arnau de Vilanova de Valencia seguirá con sus servicios saturados y tendrá que esperar hasta que el centro de Llíria, una vez esté operativo, pueda asumir parte de la carga asistencial del centro de Valencia.

Del resto, el consejero de Sanidad explicó que cumplirá sus compromisos "siempre que no pongamos en peligro el sistema sanitario público valenciano", lo que deja abiertas todas las posibilidades en los centros que no tienen aún puesto ningún ladrillo. "Es la única posibilidad que tenemos. Lo único que les vamos a pedir [en referencia a los diputados de la oposición] es que nos dejen gestionar de una forma adecuada la sanidad pública para evitar destruirla", añadió Rosado en las Cortes Valencianas.De esta forma, en cinco meses, la Generalitat ha pasado de prometer cinco hospitales en campaña electoral a aparcar este compromiso e incluso congelar la puesta en marcha de centros ya construidos. Si la paralización acaba en una renuncia definitiva a la construcción de los centros programados, el nuevo escenario supondrá un descrédito de la planificación del mapa hospitalario de la Consejería de Sanidad, que ya presentaba algunos puntos oscuros.

Es el caso, por ejemplo, de la renuncia de Sanidad -anterior a estas últimas decisiones- a construir un hospital de tamaño medio en las antiguas instalaciones del hospital La Fe en Campanar, que aún figuraba en los presupuestos de 2010. La idea era ocupar el vacío que deja el traslado del macrohospital a Malilla y evitar la travesía de los habitantes del barrio y de toda esta zona de Valencia a la otra punta de la ciudad, donde se ha mudado el hospital, para recibir atención. El hueco dejado por el antiguo hospital La Fe lo ha llenado la iniciativa privada con la construcción de un hospital en Burjassot, a poca distancia de Campanar.

Otro ejemplo es lo sucedido en Alicante. Después de haber construido en la provincia hasta tres hospitales de gestión privada en los últimos años, (Torrevieja, Dénia y Elche), debido a la supuesta falta de infraestructuras existente, se ha producido un descenso de la actividad en los grandes hospitales públicos en la provincia. Hasta el punto de que cuando la consejería informó de su programa de cierre de camas inutilizadas para contener el gasto, de las 262 anunciadas en todo el territorio valenciano, 159 eran de hospitales públicos de la provincia de Alicante.

Si el impulso a los centros de gestión privada (que puede acabar perjudicando a los hospitales públicos al restarles actividad) responde a una apuesta estratégica del PP, la promesa del hospital de Torrent apunta más bien hacia una decisión electoralista. Al menos, así lo creen algunos de los gestores sanitarios consultados por este diario, que consideran que la construcción de este centro no esta justificada, ya que ya existe una buena cobertura asistencial en la zona. Torrent está muy bien comunicada con centros sanitarios como el hospital General de Valencia o el de Manises. También del hospital Militar, de momento infrautilizado. Y a una distancia más que razonable el nuevo hospital La Fe. La zona este de la ciudad de Valencia es una de las dotadas con mayores infraestructuras hospitalarias, por lo que no tendría mucho sentido un nuevo hospital.

Si hace cinco meses los hospitales eran una promesa electoral, ahora, para el consejero de Sanidad, son un lujo. Un juicio que no comparte todo el mundo. "Un lujo es la fórmula 1, el Open de Tenis o el aeropuerto de Castelló", sostiene la Intersindical Valenciana de Salut. "Un derecho nunca es un lujo, y la protección de la salud lo es".

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