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Columna
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Un día de mayo

"En el día de hoy a las dieciocho horas he reconocido el cadáver de Juan Peset Aleixandre el cual presenta síntomas de muerte real a consecuencia de heridas múltiples por armas de fuego en virtud de procedimiento judicial". Era un risueño 24 de mayo de 1941 que invitaba a vivir, recordaría Gonçal Castelló, preso también en la cárcel Modelo, quien evocó el gesto sereno, el porte digno y la autoridad moral de Peset en el momento de su salida hacia Paterna. Tenía 54 años.

Juan Peset había nacido en 1886. Pertenecía a la generación de Ortega y Gasset, Manuel Azaña, Américo Castro, Juan Ramón Jiménez, o Pío del Río Hortega. Aquellos que ilustran los anhelos y logros del esfuerzo de modernidad y europeísmo que hizo posible la que Mainer ha calificado de edad de plata de la cultura española. Miembro de una destacada estirpe de médicos, gozaba de gran prestigio académico y estima social por su atención a la salud pública. Doctor en Medicina, Química y Derecho, completó su formación en Alemania y Francia, becado por la Junta para Ampliación de Estudios. En 1916 obtuvo la cátedra de Medicina Legal y Toxicología de la Universitat de València, de la que fue rector entre 1932 y 1934. La llegada de la República alentó su interés por la política, afiliándose a Izquierda Republicana. Aceptó presidir la candidatura del Frente Popular en febrero de 1936 y obtuvo el acta de diputado con el mayor número de votos de la circunscripción de Valencia. La tarea política tuvo un alto costo académico. No le permitió concluir un Handbuch que sin duda hubiera sido una obra de referencia europea en su disciplina.

Fue acusado del delito de rebelión por quienes se sublevaron contra el orden constitucional
Burgués, republicano, liberal y católico, Peset debió ser considerado un traidor

Tras la derrota, acompañado de sus hijos Vicente, Javier y Juan y de su ahijado Ricardo Muñoz Suay, fue a Alicante con el propósito de embarcar. No lo consiguieron. Comenzaba para Juan Peset esa triste secuencia geográfica: el campo de concentración cercano a Alicante -el Campo de los Almendros, de Max Aub-, Albatera, Portaceli y la Cárcel Modelo de Valencia. En julio de 1939 Juan Peset fue separado de su cátedra y denunciado por la Delegación Provincial de Sanidad de Falange. Como todos los que se mantuvieron fieles a la legalidad republicana, fue víctima de una odiosa paradoja jurídica: ser acusado del delito de rebelión por quienes se sublevaron contra el orden constitucional. Durante el proceso al que fue sometido asumió sus convicciones republicanas y demostró que había ayudado a muchos perseguidos y detenidos durante la guerra por su filiación de derechas. Así lo testimonian las declaraciones que pueden leerse en el sumario del que la Universitat de València preparó una edición facsimilar. De nada sirvieron. Fue condenado a muerte en marzo de 1940. No todos cuantos pudieron intervenir en favor suyo lo hicieron. La Universitat de València no solicitó clemencia hasta la llegada al rectorado de Fernando Rodríguez-Fornos; era algo tarde, el 14 de mayo de 1941, firmado ya el "enterado" del general Franco. Fue elocuente el silencio de la clase social a la que pertenecía. Burgués, liberal, republicano y católico, debió ser considerado un traidor. En la Salamanca de 1936, Unamuno ya había vaticinado que Peset sería fusilado precisamente por eso.

A Juan Peset le fue comunicada la ejecución de la sentencia a las tres de la tarde. Quedaba poco tiempo, el tiempo de escribir una carta a su esposa, Ana Llorca, y a sus hijos. "Confío, seguro en Dios, en que algún día mi patria os devolverá mi nombre como el de un ciudadano que jamás hizo más que servirla, cumpliendo sus deberes legales". El nombre tardaría mucho en sernos devuelto, aunque desde el exilio pronto sería recordado. En 1979, Vicent Andrés Estellés escribió su Ofici permanent a la memòria de Joan B. Peset, que Francesc Pérez Moragón acompañó con una semblanza biográfica. Algo después, el rector Joaquín Colomer promovió la edición de unos volúmenes de estudio dedicados a él, que coordinaría el profesor Mariano Peset. Más tarde, la Universitat dio su nombre al colegio mayor inaugurado en 1997 en el centro histórico de Valencia. Allí puede verse La visita imposible de Juan Peset, una pintura mural de Damián Flores, que le muestra en la terraza de la que fue Facultad de Ciencias y es en la actualidad sede del Rectorado, un edificio promovido por él tras el incendio de la universidad en 1932. Ayer la Facultad de Medicina honró su memoria y nos devolvió otra vez el nombre de quien fue eminente profesor y ejemplar ciudadano. Es también otro día de mayo.

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Salvador Albiñana es director del Colegio Mayor Rector Peset

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