El efecto sorpresa de la Ilustración

En el espacioso vestíbulo del nuevo Museu Valencià de la Il.lustració i la Modernitat (Muvim) se respira un aire tranquilo. Algunos curiosos entran sofocados por el calor y miran a un lado y otro. Al poco desaparecen en las entrañas del museo. Todavía no se ha retirado la cortinilla que descorrió el lunes el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, con gesto acostumbrado. La placa conmemorativa de la inauguración sobresale en el desnudo muro de hormigón. La tipografía de los nombres del titular del Consell y del presidente de la Diputación, Fernando Giner, es más grande que el resto de las letras.

Por la rampa empiezan a bajar los primeros visitantes de la exposición audiovisual del museo, llamada de referencia, sobre la Ilustración. Son estudiantes de Diseño Industrial. Han disfrutado. 'Es muy entrenida y novedosa', dice Pedro Castello. 'Es diferente, interesante, más didáctica que la del Museo de las Ciencias y la verdad es que en todo momento, durante el recorrido de 50 minutos, te lo pasas bien', añade Emilio Gómez. 'Hay un cierto aire místico y no te esperas lo que va a continuación', apunta Rafa Alfonso, mientras a su lado, la estudiante de Turismo, María Carmen Lobato, asiente: 'Lo mejor es que no sabes lo que te vas a encontrar'.

Los efectos de luz y sonido, la música, la oscuridad... la 'sorprendente' ambientación es el aspecto más destacado por este grupo.

Acaba la sesión matinal. Por la tarde, hay más curiosos en el museo. Nadie osa sentarse en la terraza que va a dar a poniente. Demasiado calor. Unas sombrillas con publicidad afean la fachada descoyuntada del museo. 'Las tienen que cambiar', comenta uno de los camareros. Al final se optó por un mobiliario en la cafetería más barato que el diseño propuesto por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, quien no pudo evitar una mueca cuando pasó por ella el día en que mostró el museo a los informadores. En el exterior se sigue trabajando. A la reordenación del jardín, también ideada por el arquitecto, aún le queda mucho. Se ocupará de ella la Consejería de Obras Públicas, aunque la concejal de Jardines, María José Puchalt, insiste en su proyecto.

La luz inunda el vestíbulo. Por la rampa desciende el siguiente grupo de visitantes. 'Floja. La exposición no está en consonancia con el edificio. Empieza bien, pero luego va perdiendo. Es quizá para estudiantes. Se podía haber trabajado más. Me gustó más la de la Cripta de San Vicente, por ejemplo', sanciona José Luis Gómez, de 54, años. Muy distinta es la opinión de Beatriz Martínez y Elena Álvaro, ambos de 25 años. 'No te esperas lo que vas a ver. Te explica la Ilustración y lo entiendes. Es la leche', dice una, mientras la otra aprueba.

'Me ha soprendido. No es típica. Es didáctica, muy espectacular y muy equilibrada', señala Toni Martínez, de 31 años, profesor universitario de valenciano. También ha agradado la exposición a Amada Seguí, de 72 años, y Josefa Gil, de 68. 'Es impresionante y distinta. Nosotras hemos viajado bastante y la exposición está muy bien, los efectos de sonido, de luz..', dice Josefa. 'Bueno el humillo ese que ponen molesta un poco', apunta Amada, quien dice echar de menos 'letreros, aunque la verdad es que te lo van contando todo'.