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Reportaje:

Yo estudio y trabajo

Bolonia complica el hacer compatibles ambas actividades

"Aún no hay nada práctico contemplado para atender específicamente una flexibilidad presencial del estudiante de cara a la Convergencia Europea, esa es la verdad". Lo dice José García Añón, Coordinador de la Facultad de Derecho para la Convergencia en el Espacio Europeo de Educación Superior. El aumento de la vinculación cotidiana del alumnado con la materia a estudiar es una de las bases del llamado proceso de Bolonia, que se iniciará en muchos casos el otoño que viene. Y es una de las mayores fuentes de conflicto y reticencia. ¿Las críticas? Los sindicatos estudiantiles beligerantes consideran que la reforma quita potestad de ocio y de búsqueda de vida laboral al alumno.

Sin embargo, según García Añón, "es obligatorio incluir una planificación para los alumnos que no vayan a cursar a tiempo completo". Si bien lo que se propone normalmente es cursar el grado en cuatro años, unos 60 créditos por curso, habrá un itinerario de 6 años con unos 30 créditos curso. Y también itinerarios de optativas. "Pero la norma valenciana obliga al alumno a matricularse de 60 créditos el primer año", apunta. "Lo que se pueda hacer para favorecer la flexibilidad, dependerá de la organización de los centros y del tipo de estudiante", cree García Añón. "Ni mejor ni peor que lo que sucede hoy".

Habrá un itinerario para que el currante pueda hacer la carrera en seis años

Sin embargo, María Vicenta Mestre, vicerrectora de Estudios de la Universitat de València (que adaptará 21 grados el curso que viene) opina que una figura contemplada en los planes de Bolonia subsanará la coexistencia entre trabajo y estudios de un modo mejor que el actual. "El estudiante a tiempo parcial puede optar a menos créditos que los estudiantes a tiempo completo, pero que cuentan con muchas de sus ventajas". Ahora, los recursos para el alumno para el aprendizaje son unos determinados (contacto con profesores, tutorías presenciales, atención a través de internet) para alumnos que acuden a las clases. Los que no lo hacen, deben apañarse como puedan, con las migajas que tomen de esos recursos. "El estudiante a tiempo parcial, en cambio, tendrá tutorías adaptadas a su tiempo, clases concretadas para su situación y contexto", explica. "Aunque las clases seguirán siendo presenciales".

La Universitat Jaume I de Castellón contempla en sus nueve grados del próximo curso un número mínimo de créditos para estudiantes a tiempo parcial. Esta universidad ya ofrece Empresariales y dos ingenierías informáticas técnicas de forma semipresencial. La Politécnica está definiendo un parámetro reducido de créditos para estudiantes a tiempo parcial.

Rosa María Sanchis, alumna de ADE-Derecho, doble titulación convertida en experimento de innovación docente, estudió y trabajó. Primero en unos grandes almacenes, luego en una caja de ahorros y ahora en un despacho de abogados. Su recomendación: "Llevar adelante estudio y trabajo, dedicándose en serio a ambos". Su compañero José María Carrau también está terminando la doble carrera, y afirma: "Al estar acostumbrados a una carga muy elevada de trabajo, no nos supondrá ningún cambio el hecho de que en el mercado laboral se nos exija de forma intensiva". Algo que parece ser la norma de hoy, cuando el trabajo brota.

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