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Conflicto por la red eléctrica en Valencia

Una explosión en la polémica subestación del barrio valenciano de Patraix saca a los vecinos a la calle

La polémica subestación de Patraix, en Valencia, sufrió ayer alrededor de las ocho de la mañana una explosión en la sala de uno de los transformadores. No hubo víctimas, aunque sí algunos desperfectos materiales. Una celosía metálica que cubre una de las ventanas de la parte superior del edificio quedó retorcida como consecuencia de la onda expansiva, que también rompió los cristales de la ventana y los expulsó a la calle. Asimismo, la deflagración abrió de forma violenta la puerta del edificio y arrojó cascotes a la calle. La empresa Iberdrola, de la que depende la subestación, no descartó ayer ninguna causa, "tampoco la externa", mientras analiza el incidente que afectó a "una parte muy pequeña de la subestación". El consejero delegado de la empresa en la Comunidad Valenciana, Antonio Egea, explicó que el suceso se produjo en "una de las partes técnicas cercanas a un transformador", que no produjo importantes desperfectos. También aseguró que en ese momento en las instalaciones no había trabajadores. Egea insistió en que la subestación, que lleva seis meses funcionando a pleno rendimiento y que da suministro eléctrico a 50.000 clientes, cuenta con todos los permisos y "es imprescindible para el suministro de la ciudad de Valencia".

Barberá precinta la instalación y desvía la responsabilidad al Gobierno, que le recuerda que ella aprobó las licencias
Unos 50.000 usuarios se quedaron sin luz y el tráfico atascó varios barrios al quedar afectados los semáforos
Muchos afectados de los edificios que rodean la instalación salieron de casa en pijama y hubo escenas de pánico
Los candidatos de la oposición prometen trasladar la central fuera del casco urbano
Iberdrola achacó el incidente a la parte de la infraestructura de Red Eléctrica Española
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En un comunicado posterior, Iberdrola desvió la responsabilidad de la explosión hacia Red Eléctrica Española (REE), con la que comparte las instalaciones de Patraix. "Que cada palo aguante su vela", dijeron fuentes de Iberdrola. La empresa REE -con un 20% de capital público- precisó, por su parte, que la avería se había producido en la pieza de conexión de su cable de alta tensión con el transformador de Iberdrola. Mientras, fuentes de la policía científica explicaron que la explosión tuvo su origen en un problema de la combustión de gases necesarios para enfriar la instalación durante su proceso de generación eléctrica. La delegada en la Comunidad Valenciana y Murcia de REE, Maite Vela, aseguró que no hubo emanación de gases ni vertidos, y que la subestación se paró correctamente en cuanto el sistema detectó la sobrecarga. También explicó que la empresa no ha tenido en ninguna otra subestación un incidente como éste. Las hipótesis de la investigación apuntan a un fallo del material o de su instalación.

Varias zonas de la ciudad quedaron sin suministro como consecuencia de la explosión, aunque el fluido eléctrico fue restableciéndose poco a poco desde otras subestaciones, según manifestó el director de Distribución de Iberdrola Francisco Raga. La mitad de los clientes estuvo un cuarto de hora sin luz, mientras que los otros 25.000 no tuvieron fluido eléctrico hasta 45 minutos después. Asimismo, el incidente tuvo consecuencias en la circulación, ya que dejó sin funcionamiento los semáforos de una amplia zona de la ciudad, lo que provocó numerosos atascos. Según el relato de algunos vecinos, la noche anterior ya hubo apagones y el ruido que produce la subestación era más intenso de lo habitual.

A la explosión siguió una humareda que causó la alarma en los edificios colindantes de la calle Vicente Parra, separados apenas por 13 metros de las instalaciones eléctricas. Con los ascensores sin funcionar por falta de fluido, muchos vecinos se agolparon por las escaleras en pijama y ropa interior con sus hijos tratando de huir de la humareda que envolvía la subestación, dando lugar a escenas de pánico. La policía local llegó varios minutos después y acordonó la zona, principalmente la calle de Vicente Parra, desde la que los bomberos accedieron al edificio en el que se produjo el incidente, aunque no llegaron a actuar ante la ausencia de fuego. Inmediatamente, un centenar de vecinos se concentró en la calle Gaspar Aguilar, junto a Vicente Parra, para poner de manifiesto el riesgo que corren con este tipo de incidentes y protestar por la ubicación de la subestación junto a las viviendas, una lucha que llevan a cabo desde hace dos años.

Numerosos políticos acudieron en las primeras horas de la mañana al distrito de Patraix, aunque no la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que tenía previsto un acto en el barrio de Malilla. El concejal de Seguridad, Miguel Domínguez, visitó la subestación aunque evitó el contacto con los irritados vecinos. El concejal socialista Rafael Rubio fue de los primeros en llegar para anunciar que su partido iba a pedir un pleno extraordinario para que el Ayuntamiento explique por qué concedió la licencia de actividad inocua. "¿Necesitan muertos en la mesa para negociar un nuevo convenio?", inquirió. Los candidatos socialistas a la Generalitat, Joan Ignasi Pla, y al Ayuntamiento de Valencia, Carmen Alborch, se comprometieron al traslado de la subestación si ganan las elecciones porque su actividad, como demostró el incidente de ayer, "no es inocua". También los candidatos del Compromís pel País Valencià Glòria Marcos y Enric Morera exigieron al Ayuntamiento la denegación de cualquier tipo de licencia a la subestación y la paralización de la actividad en la instalación.

El PP, con la alcaldesa a la cabeza, salió en tromba a defender la concesión de las licencias municipales y desviar toda responsabilidad hacia el Ministerio de Industria. Barberá ordenó precintar la subestación hasta que el Gobierno garantice la seguridad de los vecinos, y la Consejería de Infraestructuras abrió un expediente. Tanto Iberdrola como REE advirtieron de que el cierre en Patraix obligará a sobrecargar el resto de las líneas, por lo que no pueden descartar cortes de luz. La alcaldesa, además, remitió una carta al ministro Joan Clos en la que exige que asegure la energía eléctrica y "proceda a reconsiderar" una ubicación que autorizó el propio Ayuntamiento. El delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, consideró "vergonzoso que la alcaldesa intente escudarse en el Gobierno central para eludir sus propias responsabilidades" y recordó que la decisión de situar la subestación en el solar de Patraix fue municipal.

La explosión destrozó una de las ventanas y abrió violentamente la puerta de la subestación, tapada por el camión de bomberos.
La explosión destrozó una de las ventanas y abrió violentamente la puerta de la subestación, tapada por el camión de bomberos.JORDI VICENT

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