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Reportaje:

Un gobierno sin oposición

Los socialistas se muestran desbordados por la intensa agenda política del Consell y del PP

Los socialistas valencianos no dan abasto a tapar los agujeros que el PP abre cada día al Gobierno de Rodríguez Zapatero. La frenética agenda política del PP, en campaña electoral desde el día siguiente de su victoria, acentúa los silencios y patinazos del principal partido de la oposición. La consigna en Blanquerías, sede del PSPV, tras la derrota electoral, parece ser "a menos movimientos, menos equivocaciones".

El Consell y el PP han actualizado y reforzado en los últimos meses la estrategia política que tan buenos resultados les ha dado en los últimos años. Los populares han recurrido a nuevos argumentos para evitar que se agotase el discurso de la marginación de la Comunidad Valenciana por parte del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Si durante toda la legislatura pasada el principal agravio fue la derogación del trasvase del Ebro y la falta de inversiones en infraestructuras, en los últimos meses el argumentario del Ejecutivo de Camps pivota sobre el aumento de población y la falta de financiación adecuada para prestar los servicios de sanidad, educación y bienestar social.

"Blanquerías es hoy un desierto", reconocen en el PSPV, mientras Pla mantiene una agenda de corte protocolario la mayor parte de los días El gabinete Camps ha conseguido marcar la agenda política y contraprogramar los desembarcos de los ministros socialistas
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El gabinete Camps ha conseguido marcar la agenda política y contraprogramar los desembarcos de los ministros socialistas en la Comunidad Valenciana. Buen ejemplo de ello fue el anuncio formulado por el presidente de la Generalitat de que se impartirá a partir de 2008 la asignatura de Educación para la Ciudadanía en inglés. En realidad una medida con la que poner palos a las ruedas de una iniciativa del Gobierno socialista, que el PP no aplicará si gana las próximas elecciones generales, y hurtar el protagonismo a la ministra de Educación, Mercedes Cabrera.

Sin embargo, el caso más llamativo ha sido la capacidad del PP para desviar la atención de las importantes inversiones estatales en los Presupuestos Generales del Estado de 2008 y marcar la agenda política sobre la falta de financiación autonómica. Para ello, los populares no dudaron en aguantar durante unas horas el farol del secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, que instaba a Camps a modificar el Estatut para mejorar la financiación de los servicios que presta la Generalitat. Al final no hubo reforma alguna, pero el incremento de un 25% de las inversiones estatales dejó paso de nuevo a la negativa del Gobierno del PSOE a mejorar la financiación autonómica de los valencianos.

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Desde el pasado mes de septiembre, la dirección regional del PP ha intervenido en 22 actos de partido coordinados con la agenda institucional del Consell y del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y se han replicado mediante comunicado todas las críticas formuladas por el PSPV-PSOE. En todos ellos se ha repetido hasta la saciedad un argumento: el Gobierno socialista discrimina a la Comunidad Valenciana.

La frenética agenda política del PP ha desbordado a una dirección socialista interina. La rentrée tras el paréntesis estival, con la que el PSPV quería inyectar ánimo a la organización para encarar los próximos comicios, se ha quedado en nada. Pla, que regresó de vacaciones con una agenda llena de buenas intenciones, sólo ha conseguido entrevistarse con representantes de las diputaciones provinciales, con diputados nacionales y senadores y con su grupo en las Cortes, que frecuenta esporádicamente.

Desde que terminó esta serie de reuniones de trabajo, Pla ha reducido drásticamente sus comparecencias públicas, que además de esporádicas son de corte más protocolario -asistencia a presentación de libros, fiestas populares, visitas con ministros y dirigentes del PSOE...-. Blanquerías es hoy un "desierto", reconocen en el PSPV.

Esta federación contiene a duras penas el discurso machacón de agravios y deudas pendientes que el PP dirige contra el Gobierno central. Pla pidió a toda la organización que contrarrestase con cifras las "mentiras del PP", pero el peso de las réplicas recae en estos momentos sobre la Delegación del Gobierno, los ministros y las sociedades estatales.

El papel de Pla en las Cortes Valencianas, donde es el Síndic del grupo, no le ha proporcionado tampoco momentos de gloria. Si antes de vacaciones, aprovechó el debate de investidura del presidente Camps para dar un giro a su discurso sobre el agua, reivindicando un minitrasvase del Ebro que le valió las críticas de sus colegas de partido en Aragón, después del verano el dirigente daba otro resbalón en el Parlamento. Pla amagó -y Camps aceptó el reto- con una reforma exprés del Estatut y los segundos de ambos grupos se apresuraron a salir una hora después a enmendar a sus respectivos jefes de filas.

Los anuncios de la presidenta de las Cortes, la popular Milagrosa Martínez -primero de recortar los sueldos de los miembros de la Mesa y luego de someter la gestión de su predecesor en el cargo a la Sindicatura de Comptes-, cogieron a los socialistas con el pie cambiado. El PSPV catalogó ambas medidas de populistas y se opuso a la segunda por antirreglamentaria.

Camps metía además el dedo en la llaga socialista cuando hace unos días ninguneó a Pla en el Parlamento: "Hace un año me presentó una moción de censura y aquí está. Hace tres meses le volví a ganar las elecciones y aquí está. Hace una semana me hace una oferta y sale su portavoz adjunto y dice que nada de nada. ¿Pero de qué está hablando, señor Pla?", le dijo Camps. La puntilla fue la encuesta del Instituto Opina, publicada el pasado domingo por este diario, donde el secretario general de los socialistas valencianos aparece como el líder peor valorado.

El secretario general, que contuvo la dimisión de parte de su Ejecutiva para evitar un congreso extraordinario, no está para grandes alardes políticos. Su secretario de Organización, Vicent Sarrià, cuestionado dentro del PSPV, tampoco ha contribuido a mejorar la situación. En estos momentos es el secretario de Organización federal, José Blanco, quien lleva las riendas de la campaña a las generales.

La parálisis alcanza incluso a compromisos previos adquiridos por Pla y su Ejecutiva tras el descalabro del 27-M. Las jornadas de análisis sobre lo ocurrido en los pasados comicios, no tiene fecha todavía, ni garantías de que vaya a celebrarse.

Si la actividad institucional del PSPV ha menguado de mayo a esta parte, la orgánica ha reverdecido. Después de que el secretario general descartara su dimisión y anunciara -obligado por los acontecimientos- que no volverá a presentarse al cargo en el congreso previsto en 2008, el dirigente y su entorno más cercano se dedicó full time a renovar la lista de cargos institucionales que le corresponden al PSPV tras los comicios. Fuentes del partido subrayan que un gran número de estos nombramientos se han decidido en clave orgánica. Es decir, con vistas a conseguir el mayor número de votos posibles en el congreso del que saldrá la nueva dirección.

Serán necesarios todos los apoyos posibles, ya que el congreso de la federación valenciana se presenta movido, mucho más si el PSOE perdiera las elecciones generales.

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