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Reportaje:

El gusto es de ellas

La firma británica Ann Summers inaugura en Valencia su primera tienda en España de lencería y juguetes eróticos

"Hágalo, no lo finja". La firma Ann Summers decidió declarar el 31 de julio como el Día Nacional del Orgasmo tras detectar a través de un estudio realizado en 2004 que en Londres el 80% de las mujeres fingían el orgasmo en sus relaciones sexuales. El eslogan sirvió de marco para múltiples actividades que la firma británica organizó para "acabar con la anorgasmia" dentro del mundo femenino.

Y aunque en los últimos años ha cambiado la actitud de la mujer ante el sexo y su sexualidad, la industria sigue estando producida mayoritariamente por los hombres y orientada a ellos. Jaqueline Gold, directora general de la empresa, empezó a trabajar con 21 años en los sex shop de su padre, el magnate británico David Gold. Este trabajo le permitió observar que la principal clientela de estos comercios era masculina y decidió centrarse en las necesidades de las mujeres. El resultado fue Ann Summers, la cadena británica de lencería sexy y juguetes eróticos dirigidos a la mujer que cuenta con 122 puntos de venta en el Reino Unido e Irlanda y que ayer inició su expansión por el resto de Europa con la apertura de su primera tienda en Valencia. La firma emplea a 1.500 personas entre comercios y almacenes y 7.000 mujeres venden sus productos desde el hogar. La de Valencia es la primera, pero la firma prevé abrir cinco más en España este mismo año. La elección de Valencia se debe a que es considerada una ciudad "vibrante", divertida, con "pasión por la fiesta", según explican sus responsables. El diseño de la tienda obedece a un nuevo concepto de establecimiento y los menores de 18 años no pueden acceder a una parte de la misma.

Para la mujer (principalmente) y dirigida por mujeres, que suponen alrededor del 70% de su clientela habitual. "Tratamos de hacer que las mujeres se sientan muy sexys, cuidadas y seguras", comenta Gordon Lee, director de Marketing de Ann Summers. Los responsables del proyecto, con todo, dicen que muchas parejas se acercan hasta sus comercios.

Ann Summers huye conscientemente del tabú, de la oscuridad y de la luz tenue que a veces rodea al mundo del sexo y envuelve los establecimientos comerciales cuya oferta se relaciona con él. "Se busca naturalidad, un entorno agradable, lúdico y divertido. No escabroso", resume Mariola Alsina, Relaciones Públicas de la firma. La filosofía de la empresa, añade, es que las "mujeres tienen derecho a su propia sensualidad".

Para ello, una amplia oferta de lencería sexy y atrevida, que salpica parte del establecimiento, se alterna con un surtido de juguetes eróticos. Geles con sabores, esposas divertidas, disfraces para fiestas -de chófer, enfermera, azafata o colegiala- o vibradores. Uno de los productos estrella es el Rampant Rabbit, un vibrador de doble estimulación (vaginal y clitoriana), popularizado a raíz de la buena opinión que una de las protagonistas de la serie Sexo en Nueva York tiene sobre el objeto. Y entre las novedades, la colección de lencería Animal Instint, muy bien recibida en Inglaterra.

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