_
_
_
_
_

El hombre que prometió que nunca votaría al PP

Un tránsfuga socialista protagoniza la política en Dénia

Nadie hubiera apostado por que Juan Collado, un veterano militante socialista cuya carrera política había transcurrido siempre en un discreto segundo plano, iba a ser el protagonista de la historia política de Dénia. Collado, convertido en tránsfuga, ha firmado junto a concejales de otros cuatro partidos la moción de censura que hará alcaldesa a la popular Ana Kringe. Con su decisión finiquita el compromiso de años con el PSPV: él era el secretario general del PSPV de Dénia cuando el partido designó en 2003 a Paqui Viciano candidata a la alcaldía. De forma inesperada, Viciano logró aquel año una gran victoria. Collado brindó con champán por el histórico triunfo junto a su nueva alcaldesa y se puso a trabajar con ella al frente de la concejalía de Aguas.

Pero en estos cinco años han cambiado muchas cosas. Collado, un empresario dedicado a la pintura industrial, pertenece a la órbita tradicional del PSPV, muy vinculada al tejido empresarial de la ciudad, especialmente a la hostelería y a los pequeños constructores, que en seguida comenzaron a ver con malos ojos la "revolucionaria" gestión de la alcaldesa. Viciano dejó de lado a las viejas vacas sagradas que la habían alzado al frente del partido, se rodeó de dos nuevos asesores -el jefe de gabinete Vicent Boscà y el nuevo gerente de urbanismo, Juan Frasés-, quiso proteger más de 4 millones de metros cuadrados en el litoral a cambio de otros planes urbanísticos muy polémicos e incluso sufrió una manifestación de los constructores. En 2005, Viciano le arrebató a Collado la secretaría general de Dénia. Para entonces, el PSPV de Dénia ya se había quebrado en dos bandos irreconciliables y Collado y el secretario general de la comarca, Paco Carrió, se enfrentaron a Viciano apoyados por el entonces líder del PSPV valenciano, Joan Ignasi Pla, quien llegó a maniobrar para evitar que Viciano se presentara a la reelección en 2007. No lo consiguió. Collado volvió a salir elegido concejal, pero la alcaldesa no le perdonó nunca aquella supuesta traición y le marginó del poder.

Para entregarle el poder al PP ha incurrido en contradicciones. Primero prometió que devolvería el acta de concejal cuando Boscà y Frasés se fueran. Ninguno de los dos está ya, pero él sigue como edil. Después, garantizó que nunca firmaría una moción de censura y que en todo caso jamás permitiría que la alcaldía recayera en el PP.

Mientras, el PSPV volvió a vincular ayer la moción de censura que sufrirá en Dénia a intereses urbanísticos y acusó directamente a la futura alcaldesa de la ciudad, la popular Ana Kringe, de "ir de la mano de la constructora Lolaibe, la misma que quería construir 244 viviendas amenazando uno de los parajes más emblemáticos de la ciudad, la finca de la Baronesa". Por su parte, el secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, aseguró ayer que su partido "tomará todas las medidas que tenga que tomar sin exclusión" contra los ediles de su partido que accederán al poder en Dénia apoyados en un tránsfuga.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_