Tres horas de cola en la biblioteca
Corren épocas de exámenes, cunden los nervios y los alumnos acuden masivamente a las bibliotecas, que han puesto en marcha los servicios 24 horas. A veces, sin embargo, hay problemas como el que se encontraron ayer los estudiantes que acudieron a la biblioteca del campus de Burjassot de la Universitat de València. A las 9 de la mañana ya se congregaban universitarios junto a la puerta de una sala que se habilita cuando el resto de las instalaciones están llenas. Y ayer lo estaban. A las 9.30, la hora a la que normalmente se abre la sala, la puerta seguía cerrada. Siguió hasta las 12.00 del mediodía, para desesperación de las decenas de alumnos que se agolpaban a las puertas, por un problema de acceso en el mecanismo de apertura automática, agravado, probablemente, por ser un día festivo.
Delfín Carot, alumna de la universidad, hizo llegar a este periódico fotografías de los hechos y un texto en el que manifestaba el malestar de los estudiantes por lo que consideran un estado deficiente de las instalaciones. Y que incluía una reflexión en materia de seguridad. Dado que la explicación que se ofreció a los estudiantes consistía en que había habido un fallo en el suministro eléctrico a la puerta, se preguntaban: "¿Si no hay corriente debería haber un mecanismo manual para abrir la puerta, no? Si esto sucede estando los alumnos dentro estudiando y hay un incendio y no tiene corriente la puerta, ¿no se puede abrir manualmente?".
El gerente de la Universitat de València, Joan Oltra, aseguró que los problemas para acceder a la biblioteca no implican que haya problemas para abandonarla, ya que las puertas de las salas disponen, desde dentro, de unas barras que permiten abrirlas manualmente. El gerente recordó que la universidad puso en marcha en diciembre una serie de simulacros de incendios, y que el primer campus donde se realizaron fue el de Burjassot.
