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La hostelería desplaza a la construcción en ocupación de inmigrantes

Del ladrillo a servir mesas en los bares. La crisis del sector de la construcción se ha cebado en el colectivo inmigrante, que ha buscado refugio en la hostelería. Es un fenómeno que se veía venir y que confirma un informe difundido ayer por el sindicato UGT sobre la situación laboral de los inmigrantes en la provincia de Alicante en el primer semestre del año.

Por primera vez, el sector de la hostelería en junio llegó a contar con más trabajadores extranjeros que el de la construcción. En ese mes había 16.708 empleados extranjeros sirviendo mesas en los restaurantes, y sólo 13.926 en el ladrillo. Una situación inversa a la de enero, cuando había 16.384 trabajadores inmigrantes en la construcción y 12.384 en la hostelería. En total 2.458 trabajadores han perdido su empleo en la construcción, y en cambio se han ganado 2.782 en la hostelería en tan solo siete meses.

El secretario general de UGT en L'Alacantí, Óscar Llopis, considera que estos datos reflejan "un trasvase de la mano de obra entre ambos sectores, coincidiendo con el actual momento de crisis económica". Además, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, la tasa de temporalidad de los trabajadores extranjeros es del 49,8%, casi el doble que la de los españoles, que es del 28,5%. Con estos datos en la mano, UGT mostró su preocupación por "el empleo sumergido que padece, cada vez más, este colectivo, el cual tiene efectos laborales y sociales negativos y propicia unas condiciones en el trabajo impropias de una sociedad avanzada", según Llopis.

Ante esta realidad, UGT exigió a la Generalitat itinerarios integrados de inserción laboral para inmigrantes, apoyo al autoempleo y formación especial para el colectivo inmigrante. De los 110.373 desempleados registrados en Alicante el pasado mes de julio 14.928 son extranjeros, de los que un 37% están desocupados en el sector de la construcción y otro 43% en la hostelería.

El sociólogo Carlos Gómez-Gil, director del Observatorio de la Inmigración en la Universidad de Alicante, tildó de "devastadoras" las consecuencias que la crisis del ladrillo está teniendo entre el colectivo inmigrante que "efectivamente ha encontrado refugio en la hostelería, donde las condiciones de trabajo también son precarias".

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