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Un informe revela el 'desencuentro' entre la ciudad de Alicante y su puerto

Arranca una semana de debates sobre el urbanismo impulsados por una plataforma cívica

La historia de Alicante se ha escrito vinculada a su puerto. Sin embargo, desde hace pocos años esa relación se ha ido diluyendo hasta el extremo que los ciudadanos consideran que en el puerto "apenas hay barcos y sus intereses son ajenos". Estas reflexiones las hizo ayer el arquitecto, José Ramón Navarro Vera, para quien es necesario y conveniente "replantear radicalmente" esta relación. Con este debate arrancó ayer la Semana de la Ciudad que organiza la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) en la que realizarán 20 actos públicos de debate sobre urbanismo.

La instalación de una planta de biodiésel es una decisión de "grave repercusión"

La cohesión de la ciudad, su urbanismo, los servicios públicos, los movimientos asociativos y reivindicativos o las fiestas populares serán algunos de los temas que durante toda esta semana se aborden en Alicante en el marco de la primera Semana de la Ciudad que organiza la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) que ha convocado 20 actos. Uno de ellos se celebró anoche en la Sede de la Universidad de Alicante y planteó el interrogante sobre si el puerto es una oportunidad o amenaza.

El profesor de la Universidad de Alicante, José Ramón Navarro Vera, recordó cómo no es posible explicar la vida económica y social de la ciudad sin su puerto que han estado "históricamente muy ligados", pero con los primeros años de la transición se empezaron a denunciar las molestias que esta instalación generaba y la Junta del Puerto, "enarbolando la bandera de su autonomía", y el Ayuntamiento caminaron por separado. Además, decisiones como el derribo de la Comandancia o la construcción de la Marina de Levante provocó que "la hermosa lámina de agua de la dársena interior se convirtiera en un amontonado aparcamiento de yates", dijo Navarro. También se produjo una fuerte expansión de las infraestructuras portuarias (ZAL, depósitos de Campsa, nueva zona pesquera) mientras la ciudad crecía urbanísticamente en la fachada urbano-portuaria. "Estos crecimientos paralelos realizados dándose la espalda el uno al otro tenían que chocar", reconoció el experto que considera que la crisis de las relaciones ciudad-puerto tiene la "más grave repercusión" en la historia con la decisión de instalar una planta de biodiésel. Por estos motivos, el arquitecto dijo que "si queremos que Alicante sea una ciudad más competitiva, habitable y atractiva, es imprescindible replantear radicalmente el modo en el que se han venido desarrollando las relaciones puerto-ciudad". Para lograrlo planteó unas iniciativas concretas, como son que el alcalde abra en nombre de la ciudad portuaria, la apertura de un gran debate ciudadano sobre la cuestión, la revisión del Plan Especial, que se cedan los espacios portuarios que han quedado obsoletos para el tráfico marítimo a la ciudad.

Representantes de la Plataforma en defensa del puerto y contra la instalación de una planta de biodiésel, representantes del colegio de arquitectos, colectivos ecologistas como Adena y de la sociedad Avant, del Ministerio de Fomento acudieron a este debate.

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