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Columna
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La memoria democrática

El domingo 30 de marzo se clausuró en el claustro y salas del edificio de La Nau de la Universitat de València la exposición En defensa de la cultura: Valencia, capital de la República (1936-1937), inaugurada el 31 de enero del presente año 2008 y de la que Edelmir Galdón ha sido comisario. Concluían así las diversas actividades del proyecto Valencia, capital cultural de la República (1936-1937), una conmemoración que, contra la inclemencia de una política cultural valenciana poco proclive a facilitar una necesaria reflexión crítica sobre nuestra memoria democrática más inmediata -la de los años de la Segunda República, quien nunca conviene olvidar que no hizo la guerra sino que se la hicieron-, ha podido desarrollarse gracias a la sensibilidad de la Universitat de València (en particular, de su Rector, Francisco Tomás Vert; de su Vicerector de Cultura, Rafael Gil Salinas; y de su director de Publicaciones, Antoni Furió) y de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, vinculada al Ministerio de Cultura de Madrid y presidida por José García Velasco.

Todos esos libros y catálogos están ahí para crear memoria colectiva y reflexión crítica

El proyecto Valencia, capital de la República (1936-1937), en conmemoración del setenta aniversario de su capitalidad, nació en la Tertulia Tricolor por iniciativa del grupo responsable de la exposición Valencia, capital de la República, inaugurada el 15 de abril de 1986 en la Lonja de la ciudad de Valencia y de la que yo mismo fui comisario. Organizada por el Ayuntamiento de Valencia, gobernado entonces por una coalición entre el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Comunista de España del que Vicent Garcés era concejal de Cultura, veintiún años después la situación política valenciana era, sin embargo, absolutamente distinta.

El proyecto Valencia, capital de la República (1936-1937), que he vuelto a coordinar, constaba inicialmente de tres actividades fundamentales: un Congreso Internacional, titulado Valencia, capital cultural de la República (1936-1937), que se celebró en El Colegio Mayor Rector Peset del 27 al 30 de noviembre de 2007 y cuyos directores fueron Josep Lluís Barona, Javier Navarro Navarro y yo mismo, editores también de sus Actas, actualmente en prensa; la ya citada exposición En defensa de la cultura: Valencia, capital de la República (1936-1937), con su catálogo correspondiente; y, por último, una serie de publicaciones, un libro colectivo titulado València, capital cultural de la República (1936-1937), que ha sido editado por el Consell Valencià de Cultura, presidido por Santiago Grisolía y de la cual Jesús Huguet es secretario; y otros cinco libros, publicados todos durante el pasado año 2007 por la Universitat de València, a saber: 1) Antoni Furió, editor, Valencia, capital de la República. Discursos políticos e institucionales; 2) Josep Lluís Barona y Josep Bernabeu-Mestre, editores, Ciencia y sanidad en la Valencia capital de la República; 3) Manuel Aznar Soler, Valencia, capital literaria y cultural de la República (1936-1937); 4) Antonio Calzado Aldaria y Javier Navarro Navarro, editores, Valencia, capital antifascista: visiones e impresiones de una ciudad en guerra; y 5) Juan Manuel Fernández Soria y Alejandro Mayordomo, editores, Educación, guerra y revolución.

Pero al proyecto inicial se sumaron nuevas iniciativas y publicaciones que contribuyeron a ampliarlo y enriquecerlo. Así, la exposición Llibres a l'infern. La Biblioteca de la Universitat de València, 1939 inaugurada el 31 de enero de 2008 en la sala Duc de Calàbria del edificio de La Nau de la Universitat de València y que pudo visitarse hasta el 30 de marzo de 2008, de la cual Salvador Albiñana fue comisario, que ha editado su correspondiente catálogo. Y también, al menos, tres publicaciones más sobre el tema: la reedición facsímil de la antología Poetas en la España leal, una publicación que se regaló a los escritores asistentes al Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, inaugurado el 4 de julio de 1937 en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Valencia; el libro de Lucila Aragó, José María Azkárraga y Juan Salazar, Valencia 1931-1939. Guía urbana. La ciudad en la II República, cuya primera edición se agotó inmediatamente; y, por último, la edición digital por parte de Faximil Edicions, que dirige Alfonso Moreira, de Nueva Cultura, "información, crítica y orientación intelectual", sin duda la mejor revista republicana valenciana, fundada y dirigida por Josep Renau, a quien la Universitat de València dedicó también una exposición conmemorativa con motivo del centenario de su nacimiento, titulada Josep Renau (1907-1982). Compromís i cultura, inaugurada el 25 de septiembre de 2007 y de la cual Jaime Brihuega fue comisario.

Es verdad que un peligro de la política basada en las conmemoraciones consiste en fomentar la cultura del simulacro y del espectáculo, en convertirse en humo brillante y efímero. Pero, clausurados los Congresos y las Exposiciones, ahí están todos esos libros y catálogos antes citados para crear memoria colectiva, para invitar a una reflexión crítica sobre nuestra tradición política y cultural más inmediata, para contribuir al mejor conocimiento de nuestra historia y de nuestra memoria democrática. Y, en este sentido, el proyecto Valencia, capital de la República (1936-1937) ha conseguido, a pesar de los pesares, realizarse, convertir la utopía en realidad. La sociedad valenciana, sin diferencias políticas salvo las representativas de actitudes antidemocráticas, debiera alegrarse por ello. Y nuestros actuales dirigentes políticos deberían reflexionar sobre la necesidad de impulsar proyectos culturales que contribuyan a consolidar la memoria democrática del pueblo valenciano.

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Manuel Aznar Soler es catedrático de Literatura española contemporánea en la Universitat Autònoma de Barcelona

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