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El mueble cruje pero no se rompe

El sector afronta la Feria Hábitat con grandes retos para superar la crisis

Miquel Alberola

La nueva edición del certamen Hábitat, que integra la antigua feria del mueble, la del textilhogar, el arte, la iluminación y la cocina, arranca hoy con todas las incertidumbres de la crisis en su vertical. Es una feria marcada por la crisis global y una feria con su propia crisis, tratando de forjar su sitio y de erigirse como referencia de calidad y marca española en un momento en que, según reconocen los empresarios, el objetivo ya no es la venta en serie sino la promoción.

Aunque diluido en el nuevo concepto integral de Ideas & Pasión, el mueble nuclea la Feria Hábitat crujido por las sacudidas de la crisis económica. Es, por decirlo en palabras del presidente de la Asociación de Fabricantes de Muebles, Pepe Picó, "el peor momento de su historia". El sector hace varios años que está en crisis. Primero, "el euro, luego China", enumera el gerente del Grupo Confortec, José Blasco: "Hemos pasado muchos tsunamis".

La apuesta pasa por el diseño y el cambio de las estructuras de producción
Las empresas invierten más pese a la caída de las ventas

Y si faltaba algo, los zarandeos del consumo, que han reducido un 30% la producción, según cuantifica el presidente de la Federación Valenciana de la Madera (Fevama), Vicente Folgado. Además, las consecuencias de la falta de convicción en el diseño, que le ha hecho perder el liderazgo al sector en la exportación en España.

Folgado defiende que el mueble está haciendo frente a este "momento de bajón" desde hace cinco años con dos apuestas claras: "marca-diseño y adaptación de las estructuras de producción". No se trataría tanto, desde su punto de vista, de renunciar a fabricar mueble clásico, que tiene un mercado importante en los países emergentes europeos, sino de abundar en el diseño y adaptarse, además, a "hacer otras cosas" en el potencial que ofrece el amplio concepto del hábitat, como muebles combinados de madera y tapizado o mobiliario urbano, para penetrar más en el mercado exterior.

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En ese sentido, apunta el presidente de Fevama, la producción debe acercarse a la nueva cultura del consumidor, que "ha dejado de comprar muebles para comprar estilos de vida y ambientes". Folgado insiste en el cambio que debe producirse en el proceso de fabricación, que "no es fácil ni debe ser radical", ante una situación que impone "alianzas, estrategias y cadenas fuertes de distribución".

Picó maneja un diagnóstico muy áspero. Considera que es un sector muy atomizado (con una media de ocho operarios por empresa), con muchos problemas y poca capacidad de reacción, en el que sólo entre el 20% y el 20% del sistema productivo puede salir al exterior. "No somos competitivos respecto a los demás países productores", apunta. El presidente de la Asociación de Fabricantes de Muebles señala el problema de la "baja productividad", cuya solución pasa por "cambiar conceptos y normas" para ganar competitividad. "Si el sector no se adapta a la demanda del mercado, va a sufrir", previene.

La falta de competitividad es una de las claves de escasa presencia en el mercado exterior, donde las ventas entre enero y junio han caído un 26%, mientras la media española lo ha hecho el 20,4%. Picó sostiene que "salir al exterior es la única salida" que tiene la industria valenciana del mueble y que no puede esperar a que remonte el consumo. "Esperar es hacer más expedientes de regulación de empleo (ERE)", explica. Mientras tanto, apuesta por diversificar la producción, innovar, reinventar para aumentar el prestigio del Made in Spain y salir a buscar los mercados emergentes para "hacerse con más parte de la tarta" y "comerle terreno a Italia".

Pese a las adversidades que imprime el momento, los empresarios del mueble están invirtiendo más que nunca para mantener las estructuras. Muchas de ellas están afrontando un expediente de regulación de empleo (ERE) y manteniendo a la vez su presencia en cuatro ferias internacionales y fuertes inversiones en el sistema productivo. El empresario José Blasco está convencido de la fortaleza del sector y de que la crisis lo va a reforzar más. "Los fabricantes están apostando: todos estamos invirtiendo a pesar de la caída de las ventas", confiesa.

Las empresas han reducido su tamaño para poder afrontar mejor la situación y, según Blasco, se han impuesto los retos de los cambios estructurales y la innovación como herramientas para recuperar fuelle. Muchas empresas, como Confortec, están haciendo partícipes a los proveedores de estos cambios, "creando un tejido más fuerte".

Entre los cambios estructurales, el empresario, siempre con el apoyo de los institutos tecnológicos, especifica el refuerzo necesario en oficinas técnicas, con más especialistas y más formación. Así como la necesidad de que el personal sea versátil, que haga muchos trabajos y rotaciones en función de las necesidades de la empresa. Respecto a la innovación, Blasco, que representa a una empresa innovadora, insiste en poner en marcha mecanismos que acerquen la producción a la demanda del público. "Necesitamos saber más qué quiere el consumidor", apremia.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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