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50 opositores recurren un concurso de Sanidad

Al menos una cincuentena de participantes en la oposición para cubrir diez plazas de enfermería del SAMU, celebrada el pasado 26 de octubre por la Consejería de Sanidad en Valencia, exigieron ayer la anulación de la prueba, debido a la gran cantidad de "irregularidades que en modo alguno garantizan los criterios de imparcialidad y objetividad". Según las alegaciones de los aspirantes, durante el concurso en ningún momento "se procedió a acreditar" a las 400 personas que se presentaron al mismo y el cuestionario de las preguntas no se encontraba ni lacrado ni precintado. Ambas circunstancias contradicen el reglamento de la propia consejería y suponen "una dejación de funciones" por parte del tribunal.

Además, responder al examen, en opinión de los opositores, era prácticamente imposible. En este sentido, aseguran que el tribunal sólo concedió una hora de tiempo para responder a 60 preguntas -más otras diez de reserva-, "cuando sólo una lectura rápida del cuestionario suponía invertir 29 minutos". Con el cronómetro en la mano, los aspirantes debían invertir 30 segundos en leer cada pregunta y al menos en 19 de ellas sólo la comprensión de las mismas requería más tiempo. Los opositores por vía de promoción interna tuvieron además diez minutos menos para contestar.

Las alegaciones aseveran que por los contenidos de la prueba el objetivo del tribunal parecía buscar "el mayor número de aspirantes apartados en el proceso de selección". Se han impugnado cinco preguntas que pedían a los opositores la realización de diagnósticos clínicos a través de electrocardiogramas, lo que es competencia de los médicos y no de enfermeros.

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