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La piqueta entra en Tabacalera

Las plusvalías de la promotora podrían superar los 170 millones sin edificar

Ya no hay marcha atrás. Las máquinas tiraron ayer dos laterales del conjunto arquitectónico que fue la sede de Tabacalera en Valencia, una manzana con un edificio nuclear levantado en 1909. Las protestas de la plataforma Salvem Tabacalera, que llegó incluso a presentar una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) el pasado mes de marzo; las críticas de la oposición en el Ayuntamiento de Valencia, y el informe de la Real Academia de San Carlos de Valencia rechazando la embestida al conjunto arquitectónico no han servido para hacer que el equipo consistorial que encabeza Rita Barberá, del PP, se plantee siquiera posponer la intervención hasta obtener más información sobre la conveniencia de la misma e incluso sobre su legalidad.

"Las plusvalías privadas se abren paso entre las ruinas"

El Ayuntamiento de Valencia ha tenido mucha prisa en materializar una operación que podría proporcionarle unas plusvalías superiores a los 170 millones a la empresa Guadalmedina del promotor Enrique Ballester. Un pelotazo que empezó a fraguarse en junio de 2002 cuando el empresario adquirió el 49% de la Tabacalera a Altadis por 8 millones. Cuatro años más tarde, tras la previsible recalificación urbanística que permitía el derribo de las naves laterales del conjunto arquitectónico y la edificabilidad de los solares que se generaban, el empresario compró el 51% restante por 52 millones. A los 60 que le costó la compra del conjunto arquitectónico, Guadalmedina tuvo que añadir otros 13. Total 73.

¿Cómo se consigue una plusvalía de 170 millones?

Con las prevenciones del caso y teniendo en cuenta la situación del mercado inmobiliario, las referencias para hacer los cálculos hay que tomarlas del sitio más próximo. Ballester dispone en la calle de Micer Mascó de 32.000 metros cuadrados de techo. Justo en la misma zona, en el actual estadio de Mestalla, Juan Bautista Soler ha pagado el metro cuadrado a 4.500 euros. Basta una sencilla multiplicación para concluir que el precio de mercado de los solares que ayer empezaron a derribarse asciende a 144 millones.

Eso por un lado. De otro, Ballester recibió del Ayuntamiento de Valencia un edificio municipal en la plaza de América a cambio del conjunto de Tabacalera que no se derriba. La superficie edificable de dicho inmueble es de 11.500 metros cuadrados. Justo en la misma zona el antiguo edificio de los juzgados de instrucción se subastó por 7.200 euros el metro cuadrado. El resultado: 82.800.000. Van 226.8 millones. En los solares de Tabacalera se construirán un mínimo de 300 plazas de garaje, cuyo precio de mercado en esas zonas no baja de los 42.000 euros. Multiplicados: 12.600.000 euros. Y en Plaza de América, 110 plazas a 48.000. El resultado 5.200.000 euros.

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La suma de todas estas cantidades es de 244.600.000 euros, que la empresa inmobiliaria Guadalmedina podría ingresar al precio de mercado reciente sin poner un ladrillo. Restados los 73 que desembolsó, la plusvalía supera los 170 millones de euros.

Ayer, Carmen Alborch, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, lamentó la especulación auspiciada por el Consistorio de Barberá y señaló que ninguna otra ciudad de España con un conjunto arquitectónico similar ha actuado como lo ha hecho el PP en Valencia. Según Alborch, "es un expolio del patrimonio de todos".

La plataforma Salvem Tabacalera criticó que el Ayuntamiento haya tomado la decisión de consentir el derribo cuando aún faltan informes técnicos sobre la idoneidad del proyecto y valor del conjunto, y cuando los que existen lo desautorizan.

Victoria Marín, de la plataforma Salvem Tabacalera, afirmó ayer que "las plusvalías privadas se abren paso gracias al Ayuntamiento entre las ruinas".

CRONOLOGÍA DE UN 'PELOTAZO'

- 1989. El conjunto industrial de Tabacalera está protegido por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y es de uso industrial.

- Febrero de 2001. El pleno del Ayuntamiento aprueba por unanimidad continuar intentando comprar el edificio, entonces propiedad de Altadis, y ofrecerle a la compañía una permuta. El objetivo pareció ser darle un uso administrativo, institucional. Nunca se contempló el uso residencial.

- Junio de 2002. Ballester compra a Altadis el 49% del edificio de Tabacalera por ocho millones de euros y cinco meses después pide al Ayuntamiento una permuta para poder edificar.

- 2005. Mientras las conversaciones entre promotor y Ayuntamiento siguen, y se suceden informes sobre la protección del conjunto y la conveniencia de mantenerla, el Ayuntamiento de San Sebastián y el Gobierno Vasco compran por ocho millones de euros las instalaciones de Altadis en la capital donostiarra. Sus dimensiones y características se asemejan a las del complejo de Valencia, edificado en 1909. En San Sebastián, el conjunto se convierte en museo.

- Abril de 2005. La alcaldesa y Ballester firman un convenio para recalificar Tabacalera: se derribarán las dos naves laterales y traseras; el promotor podrá edificar en parte de ese espacio 300 viviendas de renta libre y otras 110 en el edificio de la permuta situado en la Plaza de América. A cambio, el Ayuntamiento se queda con el edificio central de Tabacalera, que no se derriba.

- Junio de 2006. Ballester compra a Altadis por 52 millones de euros el 51% restante del conjunto. La Generalitat aprueba la recalificación. Ballester paga al Ayuntamiento 13 millones por convertir la parcela en residencial y consigue por 73 millones de euros más de 43.000 metros cuadrados repartidos en dos de las mejores zonas de la ciudad. Solo los solares, valen un mínimo de 244 millones de euros.

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