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El promotor intentó ganarse el apoyo socialista al plan del Rico Pérez

Los tentáculos de Enrique Ortiz también alcanzaron al partido en la oposición de Alicante, el PSPV. La composición bipartidista del Consistorio alicantino, con 15 concejales del PP y 14 socialistas, abocó al promotor a buscar su complicidad para sacar adelante la financiación del nuevo estadio, que pretendía construir con una inversión de 60 millones de euros. El proyecto debía financiarse con las plusvalías generadas por la recalificación de los terrenos de aledaños al estadio Rico Pérez y sin coste para el club.

Esta operación, que en esa época llevaba aparejada la implantación de un centro comercial, generó amplio malestar entre el pequeño comercio. Para evitar el rechazo público, Ortiz intentó que fuera aprobada por unanimidad de la Corporación.

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Intentando recabar el apoyo de los socialistas, contactó con uno de los históricos militantes de la ciudad, Ángel Franco, que todavía gozaba de gran capacidad de influencia entre sus correligionarios.

Ortiz: (...) Él, cómo se llama, el de aquí de Alicante, el que has defendido.

Ángel Franco: He defendido.

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O:

A. F: ¡Ah! El Roque

O: El Roque

A. F: Este es un personaje un tanto curioso.

O: Yo por saber si se porta bien o mal, por premiarle o castigarle.

A. F: De momento yo no sé. Este es un tipo bastante, bastante, bastante rarito.

O: Ya.

A. F: ¿Qué pasa que han pedido algún tipo de ayuda?

O: No, no, no, todavía no, pero tengo que darles ahora las tarjetas de los aparcamientos. Y es para darle o no darle.

Una hora y media más tarde, Ortiz llamó a Roque Moreno, entonces portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento.

O: (...) Oye, vamos a ver, tengo que darte las tarjetas de los aparcamientos para que tú se las des a tus concejales.

R. M: Muy bien.

La investigación también se hace eco del papel que jugó el exportavoz socialista Blas Bernal en el trámite del Plan Rabassa para que los suyos lo apoyaran en su arranque. Esta posición acabó costándole el cargo.

Según el informe, Bernal, que acabó trabajando para Ortiz, también disfrutó de un velero propiedad del promotor.

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