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Fórmula 1 en Valencia

Los restaurantes más caros resultan los primeros beneficiarios del gran premio

Las grandes superficies quedan lejos de sus expectativas y el pequeño comercio renuncia a abrir

Los restaurantes de la más alta gama, los más caros de Valencia, han sido los grandes beneficiarios del movimiento de público generado en torno al circo de la Fórmula 1. Vicente Pizcueta, portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia, comparó ayer el impacto del Gran Premio de Europa sobre el negocio de la restauración de lujo con acontecimientos como Cevisama, la feria del azulejo, Habitat, la feria del mueble, o las habituales cenas de empresa previas a la Navidad.

"El circo arrancó hace una semana, cuando empezaron a llegar los mecánicos y los integrantes de los equipos", explicó Pizcueta, "y se ha multiplicado a lo largo del fin de semana". "Si dispusiéramos del doble de plazas en restaurantes de gama alta las habríamos llenado todas", sentenció.

Los restauradores han tenido que adaptarse a las exigencias de un público internacional que no entiende de horarios. "Se han servido comidas desde las doce de la mañana y, en ocasiones, debido al horario de los entrenamientos, todavía había gente que llegaba a comer pasadas las cuatro de la tarde. Apenas se levantaban de la mesa había que prepararse para servir las primeras cenas".

El gran premio "se ha recibido con mucha ilusión en pleno verano de la crisis", sigue Pizcueta. Y su impacto entre los hosteleros de nivel más elevado se ha extendido a las localidades de Gandia y Cullera. "En un momento difícil la gente ha recordado los mejores tiempos de la Copa del América, en el tramo final del mes de agosto, cuando la actividad empieza a declinar, el gran premio ha sido una de las mejores cosas que nos podían pasar".

El portavoz de los hosteleros celebra el impacto de los grandes eventos, pero recuerda que es clave "incardinarlos en una estrategia global" para consolidar la marca de toda la Comunidad Valenciana. Como responsable de comunicación de la campaña Bon Vent, de ámbito autonómico, Pizcueta orienta ahora su mensaje hacia la Volvo Ocean Race, en Alicante, y hacia el Gran Prix de Golf previsto en Castellón.

La apertura comercial acordada de forma sobrevenida con ocasión del gran premio, sin embargo, no ha cumplido las expectativas de sus promotores. La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución estimaba la visita de unos 200.000 clientes. "Las grandes superficies desean atender las necesidades de todos los que visiten la ciudad por primera vez", defendió Martín Quirós, portavoz de ANGED. Pero el ambiente que reinaba ayer en las grandes superficies de la ciudad era muy desangelado. "Llega un momento en que una se harta de no hacer nada", comentaba ayer una vendedora de una gran superficie que se afanaba para ordenar los mostradores que atiende de forma habitual.

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Los pequeños comerciantes dieron la espalda a las posibles necesidades de los visitantes. Eugenio Soler, portavoz de la Federación Valenciana de Asociaciones Locales de Comerciantes, anticipó que "mayoritariamente" los pequeños comercios no abrirían el domingo. "No acudirá casi nadie a comprar y no se adquirirán beneficios", auguró.

La actividad en un centro comercial de la avenida de Francia era prácticamente nula a media mañana de ayer. El responsable de una franquicia de ropa recordó que la mañana del sábado también fue muy floja pero que la actividad se animó por la tarde.

La mitad de las tiendas de la calle de Don Juan de Austria, en el centro de la ciudad, permanecían cerradas ayer. A media tarde, varios aficionados extranjeros a la Fórmula 1, reconocibles por los pases al circuito que todavía colgaban de sus cuellos, se refrescaban en las terrazas de los bares abiertos, pero no parecían muy interesados en compras.

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