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Elecciones municipales y autonómicas

La televisión pública, un instrumento de propaganda

Oposición y sindicatos critican la manipulación de Canal 9

Todos los martes por la noche, Canal 9 emite un programa de debate, de nombre DBT, en el que varios profesionales de la información, en su mayoría de medios conservadores, analizan la actualidad. Un programa en el que los participantes, que a veces han acudido al plató después de almorzar en el Palau de la Generalitat con el presidente Francisco Camps o con algún alto cargo del Consell, debaten y opinan de todo tipo de temas, pero en el que se evita hablar de los más espinosos para el PP si no es para defender a sus miembros a capa y espada. Que el tema en los periódicos son los problemas judiciales que acarrea el caso Gürtel a Camps, mejor se habla de los ERE en Andalucía, que el paro alcanza a casi 600.000 valencianos, al único que se critica es al presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Los informativos callan las noticias adversas a Camps por el 'caso Gürtel'
En los debates se apoyan sin rubor las tesis del PP y se ataca al Gobierno

Indefectiblemente, las tesis defendidas por la mayoría coinciden con las del PP, se hable de agua, economía o terrorismo. Así, DBT se permitió en su última edición debatir (ante 60.000 espectadores, un 2,7% de audiencia) sobre la supuesta violación a una camarera del presidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, y la pretendida tibieza en la reacción de los socialistas españoles. Una actitud, la de criticar a socialistas por algo que ha pasado en Nueva York, lógica en la tónica de DBT, el matinal Bon dia o los informativos, pero que contrasta con la mantenida por la cadena cuando el imputado por un supuesto delito de acoso sexual a tres periodistas de la casa fue Vicente Sanz, ex secretario general de Ràdio Televisió Valenciana (RTVV), y el partido que ha callado desde entonces es el PP. La acusación a las televisiones autonómicas de sectarismo y manipulación es la tónica general desde que se crean y Canal 9, según la oposición y varios sindicatos en RTVV, cuyo actual director general es José López Jaraba, ha superado las expectativas.

Desde que el PP entró en el Palau de la Generalitat, con Eduardo Zaplana en 1995, la deuda de RTVV se ha multiplicado por 40 (de 32 millones de euros a 1.287) y la plantilla se ha duplicado (de 653 a 1.027 trabajadores). Según los más críticos a base de colocar a trabajadores afines. Y el caballo de batalla han sido los informativos; los distintos directivos han ejercido un férreo control para que los líderes del PP salieran siempre muy favorecidos (multiplicando hasta por cinco las apariciones de los del PSPV) y se hiciera especial hincapié en los puntos importantes de su programa electoral.

Durante la época de Zaplana el modelo de informativos era "el periodismo sin información, el que prescinde de los datos relevantes para el conocimiento de los acontecimientos de interés general y los sustituye por fiestas, meteorología, deportes, sucesos y frivolidades", según el libro El secuestro de la democracia (Akal, 2011) -de José Antonio Piqueras, Francesc A. Martínez, Antonio Laguna y Antonio Alaminos-; pero desde que gobierna Camps la instrumentalización de Canal 9 ha sido mayor, a costa de perder espectadores, del 18,5% en 1995 al 6% a finales de 2010. La tesis doctoral de Yolanda Verdú Mecanismos de manipulación periodística a propósito del urbanismo y del agua en los informativos de Canal 9 revela los mecanismos mediante los que se informaba en la televisión valenciana, antes de las elecciones de 2007, defendiendo los postulados populares.

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