_
_
_
_
_
TRIBUNALES | EL MARIDO, ACUSADO DE ASESINATO, DICE QUE FUE UN ACCIDENTE

Tres testigos escucharon pedir socorro a la mujer que murió al caer desde un séptimo piso

'Primero se oyó una discusión, pero no se entendía sobre qué. La verdad es que parecía una disputa cualquiera de una pareja. Pero instantes después se la oyó gritar a ella. Decía claramente: 'Socorro, socorro, que me tira', afirmó ayer una chica de 19 años, testigo del momento en el que Josefa cayó desde el séptimo piso en construcción de la calle de Pepita Samper de Valencia. '¿Está usted segura de que fue eso lo que oyó?', preguntaron la fiscal, Margarita Goma, y la acusación particular, ejercida por el letrado Carlos Verdú. Y ambas partes intentaron precisar más: '¿Lo oyó usted en castellano o en valenciano'. Respuesta contundente de la testigo: 'En castellano, seguro'.

Los tres testigos que ayer declararon ante el jurado coincidieron en aseverar sin reservas ni dudas que Josefa gritó en castellano: 'Socorro, socorro, que me tira'. Con ello, la defensa del acusado vio desmentido uno de sus argumentos, ya que el imputado sostiene que su esposa dijo: 'Socors, socors, estira'm'. También los tres testigos, dos hombres y una mujer, coincidieron -en contra de la versión ofrecida minutos antes por el acusado- en que José Francisco arrastró por el suelo entre uno y tres metros el cuerpo sin vida de su esposa. Él, en cambio, relató que no la movió del lugar en el que había quedado tendida pero que sí la cogió entre sus brazos con la intención de ponerla más cómoda.

En la sesión de ayer, el jurado pudo constatar que hay dudas sobre lo que ocurrió. La vista, que se inició a las 10.00 horas con las alegaciones de las partes, tuvo su momento de espectacularidad en el improvisado simulacro del suceso celebrado en la sala. Dos piezas de unos 15 centímetros de ancho por un metro de largo y unos 60 centímetros de altura fueron colocadas en mitad del estrado para reproducir la situación en la que se encontraba la pareja en la obra. Como acusación, defensa y fiscalía no se ponían de acuerdo con la mujer que podía realizar la figuración de la caída, la magistrada propuso que se avisara a una vigilante jurado del Palacio de Justicia. La escenificación dejó en el aire una cuestión básica: '¿No pudo el acusado evitar que cayera su esposa si asegura haberla cogido a la altura de la cintura y pesaba 53 kilos, cuando levanta de una sola maniobra a una mujer [la vigilante] de más de 80 kilos?'. José Francisco intentó justificarlo explicando que algo se rompió mientras la agarró. Además, dijo llevarse bien con su mujer, que le daba todos los caprichos y que desconocía que ella quisiera separarse. De fondo, vecinas de Castellar, donde vivía la pareja, aseguraban que nunca le compró nada, que era un tacaño. Y el jurado trasladó a la presidenta del tribunal una pregunta: '¿Es usted celoso?'. 'No', dijo el acusado.

El acusado, ayer, escoltado por guardias civiles antes de declarar en el juicio.
El acusado, ayer, escoltado por guardias civiles antes de declarar en el juicio.SANTIAGO CARREGUÍ
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_