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LAS CONSECUENCIAS DE LOS RECORTES EN EDUCACIÓN

"Ni trabajamos ni nos dejan estudiar"

Treinta alumnos de Valencia llevan sin profesores desde que empezó el cursoLos jóvenes de FP del instituto Abastos ya han perdido el 25% del curso

Ignacio Zafra

Los chavales están entre la espada y la pared. A un lado, una tasa de paro juvenil disparada al 42%. Al otro, los recortes en educación de la Generalitat. "No podemos trabajar y no nos dejan estudiar", denuncia Matías Nebbia, 24 años, uno de los 30 jóvenes del instituto de Abastos de Valencia que tenían que haber iniciado las clases a principios de septiembre y aún no lo han hecho. "Todavía no hemos visto a ningún profesor", dice Iván Domínguez, de 22, matriculado en Aplicaciones Informáticas.

"El día que empezaron las clases nos dijeron que nosotros empezaríamos el viernes siguiente. El viernes siguiente nos dijeron que empezaríamos el otro. El otro nos dijeron lo mismo. Y así llevamos mes y medio", cuenta Domínguez. Los afectados cursan (teóricamente) el segundo y último curso del ciclo superior de Formación Profesional. Y el tiempo que llevan perdido no es ninguna broma: el 25% de las clases, que acaban en marzo porque a partir de ese momento comienzan prácticas en empresas.

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"En el instituto le echan la culpa a la Consejería de Educación. Dicen que antes del verano suprimieron nuestros dos grupos y que de ahí viene el problema. En la consejería nos han dicho que el instituto podría haber hecho algo más por nosotros, como habernos juntado con los de la mañana. Se pasan la responsabilidad entre ellos, y nosotros estamos en medio".

La dirección del instituto se defiende: "Las clases no han empezado porque el profesorado que tenía que asignarnos Educación todavía no ha llegado. Llamamos cada día para pedirlo y nos hemos desplazado a la consejería varias veces. Hacemos todo lo que podemos para solucionarlo".El procedimiento del departamento de Educación, que dirige Alejandro Font de Mora, es "muy burocrático y muy complejo", afirma el portavoz de la dirección del instituto de Abastos. Pero lo que ha ocurrido este año, sigue, ha sido diferente.

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Normalmente, se distribuyen los grupos en función de las previsiones de matrícula que los centros van a tener. Y Abastos, como otros años, comunicó al departamento antes de agosto que tendría dos grupos de tarde en los ciclos de Desarrollo de Aplicación Informática y de Administración de Instalaciones Informáticas. "Somos un instituto grande de Valencia y los vamos a llenar", dijeron a consejería. El departamento les comunicó, sin embargo, que no autorizaría los grupos hasta que no tuviera constancia de que se habían matriculado, al menos, 15 alumnos en cada uno de los ciclos. Porque este año no se trabajaba con previsiones sino con matrículas. "Nos confirmaron los grupos el 16 de septiembre, y hasta ahora llevamos esperando a que nos envíen los profesores".

Detrás de este problema, y de muchas protestas a lo largo de la comunidad autónoma, están los recortes presupuestarios en las partidas de Educación, que han llevado a la consejería a intentar ahorrar reduciendo el número de profesores. Por eso se ha ampliado el número de alumnos que tiene que haber en una clase para que se divida en dos. Y por eso, como en el caso de Abastos, la consejería intenta forzar a los institutos a suprimir grupos aunque cumplan con el número mínimo de alumnos que fija la normativa.

Las consecuencias concretas son difíciles de reparar. "Las clases duran seis meses y ya hemos perdido uno y medio. ¿Qué piensan hacer? ¿Cómo lo vamos a recuperar?", pregunta Nebbia. "Haremos lo posible por reducir al mínimo los efectos del retraso, pero recuperar el tiempo perdido es imposible", responde la dirección del Abastos.

El inicio de las clases sigue, sin embargo, lejos de estar claro. Ayer los jóvenes afectados, que tienen entre 20 y 30 años, aseguraban que la última información que les habían transmitido era que empezarían las clases o bien mañana o bien el lunes 25 de octubre. El instituto afirmó que tenían el compromiso de consejería de que las clases arrancarían el jueves 28 de octubre. Y un portavoz de Educación indicó a este periódico que ese día, el jueves 28, se asignarían los profesores, pero que no llegarían al centro hasta la semana siguiente, ya en noviembre.

El laberinto de los chavales, admitía el mismo portavoz, tampoco acabará ahí, porque es probable que alguno de los profesores asignados renuncie, lo que obligará a buscar sustitutos.

La dirección del instituto completaba el panorama: aunque todos los docentes aceptaran cubrir los grupos, los profesores que llegan con el curso tan avanzado son noveles, apenas tienen experiencia y en ocasiones ni siquiera conocen las asignaturas que deben impartir. Por ello el instituto de Abastos tiene pensado hacer permutas con algunos de los profesores veteranos que dan clase en los grupos de la mañana, para intentar compensar.

Y todo esto ocurre, comentaba ayer entre incrédulo y desencantado Iván Domínguez, en una época en que la crisis les ha convencido de que lo importante es estudiar.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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