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El Ayuntamiento ignora cuántas empresas alojaba la nave calcinada

Caballero dará cuenta hoy de la situación administrativa del inmueble

Un muro de espuma de varios centenares de metros de largo daba cuenta ayer en la playa de Samil de que habían llegado al mar los vertidos contaminantes provocados por el incendio, en la madrugada del sábado, de una macronave empresarial en el alto de Puxeiros.

La demolición del inmueble comenzó ayer por su peligro para el vecindario

En la playa se izó bandera roja "por precaución", ya que no existían mayores riesgos para la salud pública, según las autoridades. La demolición de la nave comenzó ayer por las partes de mayor peligro de derrumbe. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, destacó que el despliegue "sin precedentes" de servicios públicos para neutralizar los efectos del siniestro demostró "la capacidad de la ciudad para afrontar la emergencia" y aplazó hasta hoy el suministro de todo dato sobre la situación administrativa del inmueble y las empresas que lo ocupaban, como la identidad de sus propietarios, inspecciones realizadas o número concreto de empresas hospedadas y si sus licencias estaban al día.

La mortandad piscícola en el río Lagares no ha sido cuantificada pero será "importante, notable", señaló ayer Emilio Fernández, director general de Desenvolvemento Sostible. La composición del vertido, procedente de la empresa Quimi-Zor, se divide en tres grandes bloques, según Fernández: hipoclorito sódico (lejía), de efecto corrosivo, pero que ya ha sido neutralizado en el cauce del Lagares, donde los análisis realizados durante la mañana de ayer constataron un PH "normal" en todo el curso del río; un alcohol, que no induce mayores preocupaciones, ya que se disuelve en el aire por su carácter volátil, y finalmente, los detergentes, de los que se detectó una alta concentración.

Las barreras instaladas en distintos puntos del cauce del río para evitar que los vertidos alcanzaran la desembocadura surtieron un efecto reductor, ya que permitió retirar importantes cantidades de espuma mediante bombas de absorción (chuponas) de manera que sólo llegaban al mar "unas concentraciones despreciables". Al hacerse ostensible, la espuma estaba favoreciendo las tareas de limpieza, aunque la propia dinámica de la corriente será el factor principal para la limpieza del cauce por ser biodegradables los detergentes del vertido. No obstante, precisó Fernández, los laboratorios de Medio Ambiente analizaban las muestras para detectar la existencia, si la hubiera, de "otros posibles compuestos peligrosos".

En la playa de Samil, con bandera roja, por los altavoces se explicaban las causas de la espuma que invadía el arenal mientras medio centenar de operarios municipales y de Tragsa, en una tarea digna de Sísifo, se ocuparon durante toda la jornada en retirarla y concentrarla en la desembocadura del río.

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La demolición de la nave comenzó ayer y previsiblemente requerirá varios meses para completarla. Ayer se derribó la fachada que da al vial que utilizan los vecinos de la urbanización de O Gorxal por los peligros que entrañaba su estado ruinoso. El alcalde Abel Caballero glosó a pie de obra "el despliegue sin precedentes" que movilizó el siniestro para extinguir el incendio y neutralizar sus efectos medioambientales, prodigando elogios por los resultados a los distintos servicios públicos que participaron en las tareas y que sumaron un total de 200 personas. La mayoría siguió activa durante la jornada de ayer.

Caballero justificó en la prioridad de sofocar el fuego y sus amenazas colaterales (sobre el vecindario, medioambientales y los riesgos de que se convirtiera en una catástrofe) el desconocimiento de cualquier dato sobre la propiedad y la situación legal del inmueble, así como de las empresas que albergaba, cuyo número tampoco pudo precisar: "De 15 a 20", confirmó, "con unos 150 o 200 trabajadores".

No obstante, el regidor insistió en declarar prioritaria la reubicación de esas empresas para que puedan continuar realizando su actividad, sin reparar en si todas la desarrollaban con las licencias preceptivas y bajo control, lo que otros medios han puesto en duda. Hoy se aclarará.

Operarios municipales y de Tragsa retiran la espuma depositada en el arenal de Samil.
Operarios municipales y de Tragsa retiran la espuma depositada en el arenal de Samil.LALO R. VILLAR

Polígono inexistente

La nave siniestrada, de dos plantas edificadas en un solar de unos 6.000 metros cuadrados, se encuentra a 15 metros de los bloques del barrio de O Gorxal, con 85 viviendas que tuvieron que ser desalojadas, y linda con un bosque tupido por el abandono y, en el momento del incendio, afortunadamente empapado por las intensas lluvias de la víspera. Al otro lado del bosque, a unos 100 metros, hay una gasolinera, y otra enfrente, separadas por la A-52. También está cerca un polígono con enormes depósitos de combustible. Los bomberos, para extinguir el incendio, tuvieron que recurrir a un dispositivo de camiones cisterna facilitados por FCC, concesionaria de limpiezas, por falta de bocas en las que enchufar sus mangueras.

El inmueble fue adquirido hace unos 15 años en subasta por Horacio Gómez, que se reservó sitio para dos de sus empresas y vendió o alquiló el resto de las instalaciones, troceadas. Los vecinos han denunciado reiteradamente sus vertidos contaminantes y que no cumplen la legalidad.

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