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Barja se ofreció a la Xunta para gestionar la residencia

"Hemos tenido mucha paciencia con este tema". El rector de la Universidade da Coruña (UDC), José María Barja, desmintió ayer las declaraciones del conselleiro de Infraestruturas, Agustín Hernández, que justificó la decisión de su departamento de renunciar a la construcción de la residencia universitaria coruñesa y recurrir a una empresa privada, porque no tenían "respuesta de la Universidad sobre su compromiso de gestión y ante las dudas de los técnicos sobre su viabilidad". Barja esgrimió que el 22 de julio de 2010, "el Consello de Goberno de la UDC, porque no les valía solo la firma del rector, aprobó un borrador de convenio, que enviamos a la Xunta, en el que la Universidad asumía la conservación, mantenimiento y gastos de gestión de la residencia. Desde entonces no tuvimos noticias de la consellería".

El proyecto de la primera residencia pública de la UDC se presentó en 2007. Expropiados los terrenos, la licencia de obras se otorgó en los últimos días del bipartito. Ahora el Instituto Galego da Vivenda e Solo decidió renunciar a la construcción. El pasado febrero, el vicerrector de Infraestructuras de la UDC, Xosé Lois Martínez, atribuía la paralización del proyecto al convenio firmado en 1994 entre el entonces rector, José Luis Meilán, y el alcalde de Culleredo, Julio Sacristán, con la empresa Rialta, propiedad de Manuel Jove, para construir una residencia privada. El ayuntamiento de Culleredo se comprometió a no autorizar la construcción de otra residencia pública.

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