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La Biblioteca de la Cidade da Cultura abrirá con 200.000 volúmenes

Treinta personas trabajan en un centro que se inaugurará a mediados de 2009

"Reunir, conservar y difundir todos los fondos bibliográficos producidos en Galicia o que tengan con ver con Galicia, aunque estén editados fuera". Así resume Xosé Regos, el director de la nueva Biblioteca Nacional, las funciones del centro que dirige desde el pasado 2 de junio. Y especifica: "Libros, periódicos, revistas, e incluiremos cedés o deuvedés. En un futuro, iremos también a por la edición web". El proceso de constitución del centro, ubicado en la Cidade da Cultura donde también se encuentra el futuro Arquivo Nacional, terminará "a mediados de 2009". Unos meses antes arrancará la Biblioteca Dixital Galega: "Lo digital ayuda a preservar la obra física y a facilitar el acceso a su contenido intelectual".

Desde el pasado mes de febrero, cuando se definió el adjetivo que acompañaría a la biblioteca del Gaiás, los procesos previos han costado 900.000 euros. En concreto: digitalización de fondos, creación de registros, compra de licencias o conversión de formatos. Pero la base de la Biblioteca Nacional, reconoce Regos, se encuentra en la Lei de Bibliotecas aprobada en 1989 y en el Centro Superior Bibliográfico de Galicia (CSBG) cuyos 13 trabajadores se integran en el nuevo organismo junto a otros 17. "La creación del CSBG respondía a la filosofía propia de una biblioteca nacional", explica, "y los volúmenes que reunió son la base de la que partimos nosotros". Las reducidas dimensiones del organismo -en un edificio cercano al Parlamento de Galicia- impidieron, sin embargo, que se transformase en la cabecera de las bibliotecas gallegas. Para Xaime Subiela, del gabinete de la Consellería de Cultura pero destinado a los trabajos de la Cidade da Cultura, "este país inicia su biblioteca nacional en el siglo XXI, cuando en la mayoría de Europa datan del siglo XIX".

La Biblioteca Nacional de España se fundó en 1836, aunque ya existía desde 1712 con el nombre de Real. La célebre Library of Congress, de Estados Unidos, abrió en 1800. Gales (1907), Escocia (1927) o Cataluña (en 1981 transformó la Biblioteca de Cataluña, de 1907, en Nacional) son ejemplos de comunidades sin Estado dotadas de centros bibliográficos nacionales. "La diferencia de crear una biblioteca en el siglo XXI y no en el XIX", dice Subiela, "reside en la concepción sustantiva de lo digital". Según la teorización del asesor de la consellería, "lo digital es una manera diferente de acercarse al mundo y debemos tenerla en cuenta". Para Xosé Regos, "las bibliotecas nacionales nacieron como guardianes del patrimonio, incluso se les ha acusado de dificultar el acceso a los fondos. La cultura digital supone un salto gigante".

El director de la biblioteca calcula, "con prudencia", que para la apertura de puertas de los 17.372 metros cuadrados de la biblioteca habrá "200.000 volúmenes" en el centro. La capacidad del depósito alcanza alrededor de "un millón de volúmenes. Estará dotado de estanterías compactas, que incrementan el espacio". Los empleados de la Biblioteca Nacional se afanan ahora en la procura de documentos. "Partimos de lo que se encuentra en el Depósito Legal", señala Xaime Subiela, "pero la dificultad está en los fondos históricos, de los que muchas veces sabemos lo que hay pero no cómo conseguirlo".

Las comisiones de evaluación de la Dirección Xeral de Patrimonio ajustan los precios a pagar a libreros, coleccionistas, bibliófilos o intermediarios por materiales de interés histórico que se encuentran en manos de particulares. Las nuevas adquisiciones se suman, así, al fondo del CSBG. Del Bando de la Junta de Gobierno. Alzamiento revolucionario de 1846 a colecciones completas de prensa, Xosé Regos aspira a que la Biblioteca Nacional "funcione sobre todo como cabecera del sistema de bibliotecas de Galicia y como motor de la promoción de la lectura. Aunque el centro va a estar físicamente en el Gaiás, no estará sólo en el Gaiás: irá a casa de los ciudadanos".

Una vista de la sede de la futura Biblioteca Nacional de Galicia, en el monte Gaiás.
Una vista de la sede de la futura Biblioteca Nacional de Galicia, en el monte Gaiás.ANDRÉS FRAGA
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Fondos con historia

Entre los fondos históricos que la nueva Biblioteca del Gaiás asume, y que se encontraban custodiados por el Centro Superior Bibliográfico de Galicia, aparecen varias colecciones completas de periódicos -

El Ideal Gallego

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El Eco de Galicia o El Catón Compostelano (el primer periódico, semanal, de la historia de Galicia)-, los bandos de los grupos nacionalistas organizados en las Irmandades da Fala durante la década de los diez en el siglo XX o los relativos al levantamiento liberal de 1846 o manuscritos del historiador Manuel Murguía o del escritor Wenceslao Fernández Flórez.

"Desde la Biblioteca Nacional emprenderemos dos vías de cooperación con las bibliotecas privadas", expone Xosé Regos, "ayudas desde la Xunta y a la digitalización de colecciones importantes mediante convenios". A día de hoy, el centro de la Cidade da Cultura ha firmado acuerdos con la Fundación Penzol, la Rogelio Groba (que se centra en materiales relacionados con la música) y con la Real Academia Gallega. "No habrá conflicto, porque se quedan con los fondos. Quien saca provecho es la sociedad".

La Biblioteca Nacional posee rango administrativo de subdirección general y se adscribe a la Dirección Xeral de Difusión Cultural.

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