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Cedeira recuerda a los presos del franquismo en A Magdalena

Asturianos y gallegos murieron en el campo de concentración

El 1 de marzo de 1938, 724 presos políticos aguardaban su suerte hacinados y desconcertados en un nauseabundo campo de concentración en Cedeira, en un recodo de la costa coruñesa. La mayoría eran asturianos (254), pero también gallegos (46), apresados por las tropas franquistas tras la caída del frente republicano cuando trataban de huir en pequeñas embarcaciones hacia las costas de Francia. Eran jóvenes peones, fogoneros, panaderos, ferroviarios, maquinistas, metalúrgicos y pescadores. También 26 trabajadores de "cuello blanco": funcionarios, contables, oficinistas y un periodista. Algunos no habían cumplido los 15 años y solo una decena pasaba de los 50. Muchos sobrevivieron, otros no.

El presidente del Principado se sumó al homenaje como uno más

En el mismo lugar que ocupó el antiguo dentro de detención, el Ayuntamiento de Cedeira colocó ayer un monolito para recordar un capítulo sombrío de la historia local, a iniciativa de la asociación Memoria Histórica Democrática y entidad cultural Fuco Buxán de Ferrol.

El padre de Octavio Cabezas Moro logró salir con vida y vivió para contarlo. Apostado en el paseo marítimo de Cedeira, junto a la playa de A Magdalena, en pie sobre el mismo lugar que albergó el campo de prisioneros, su hijo evocó ayer la memoria de aquellos días funestos. Octavio contó lo que tantas veces le oyó narrar a su padre. Que las cedeiresas se arriesgaban acercándose a la verja de espino para llevarles unas palabras de consuelo y ropa limpia. Las llamaban "madrinas".

En la voz de Octavio hablaron todos los familiares y descendientes de los presos asturianos del campo cedeirés. Medio centenar se desplazaron este fin de semana hasta la villa desde el Principado para sumarse al sencillo homenaje que ayer les rindió la corporación local.

Vicente Álvarez Areces, presidente del gobierno asturiano, se sumó a la comitiva como uno más. Durante la dictadura trabajó como profesor en Pontedeume y sus vínculos con la comarca son muy estrechos. Peleó por las libertades junto a los obreros de los astilleros y en su casa se refugió clandestinamente un jovencísimo Ignacio Fernández Toxo, hoy líder de CC OO.

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No todos los cedeireses saben que su playa albergó uno de los 72 campos de concentración franquistas de la Guerra Civil, según cuenta su alcalde, el socialista José Luis Vergara. Tampoco todos conocen que la corporación democrática de ese Ayuntamiento fue masacrada en la guerra. Por eso ayer también se llevó parte del reconocimiento, un homenaje "de justicia histórica para cicatrizar heridas", en palabras de Vergara.

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