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Centenares de bañistas usan una playa fluvial sin saber que está contaminada

Sanidade dispone de análisis que confirman la masiva presencia de bacterias - Cuatro de los siete controles de la actual temporada confirmaron alta polución

El río fluye y su propio torrente lo regenera. En esa dinámica cifran sus expectativas la Consellería de Sanidade, responsable de los análisis de las aguas y el Ayuntamiento de Mondariz para no colocar nunca ningún aviso de contaminación en la concurrida playa de O Val, en el río Tea. Ambas Administraciones incluso han propiciado la celebración de una fiesta juvenil, con juegos en el agua, en una fase en la que triplicaba los límites permitidos de enterococos intestinales y de escherichia coli. De siete controles realizados en la actual temporada de verano, en cuatro se repitieron los análisis por arrojar resultados de alta contaminación, que no se comunicaron a los bañistas in situ ni alteraron la constante calificación de la playa como "apta"; a lo sumo, se señalaba tal calificación como "pendiente".

La 'festa da auga' se celebró con la contaminación más alta del verano

La salubridad de las aguas de baño está regulada por un Real Decreto de 2007, que aplica un directiva europea del año anterior. Esas normas fijan unos límites de 330 y 900 UFC (unidades formadoras de colonias)/100 mililitros de enterococo intestinal y de e.coli, respectivamente. El control número siete, realizado el 25 de agosto y publicado en la web de Sanidade el 27 siguiente, arrojaba unos índices de 900 para enterococo y de 7.200 para e. coli. Tres días después, la etiqueta correspondiente al mismo control registraba 2.200 enterococo y la misma e. coli, y el 5 de septiembre desaparecía todo dato: la etiqueta solo mantuvo de sus ediciones anteriores la calificación de "pendiente". El día 27 se celebró la festa da auga.

El 6 de septiembre la etiqueta de la web oficial introdujo nuevos datos: con el mismo número de control (siete), da como fecha de análisis el 29 de agosto, el índice de enterococo es de 30, el de e. coli de 180 y la calificación "apta". Secuencias análogas a esta, con sucesivos reanálisis, se produjeron durante los controles del 14 de junio (número dos), 12 de julio (cuatro) y 26 de julio (cinco). Fuentes de Sanidade explicaron que los análisis se repiten cuando, por sus resultados, lejos de la tónica habitual, los técnicos detectan la existencia de una "situación anómala", causada, por ejemplo, "por los arrastres inducidos por una tormenta". En el caso de O Val, sin embargo, la situación anómala más bien parece la que no presenta contaminación.

"Durante la temporada de baño las Administraciones públicas, en el ámbito de sus competencias, difundirán al público interesado de forma activa, rápida y a través de mecanismos de fácil acceso, la información sobre la calidad de las aguas de baño y, en su caso, de la playa", ordena el Real Decreto. La Xunta lo cumple con la información de la web.

Pero tanto Sanidade como el Ayuntamiento ignoran la conveniencia -ya que el Real Decreto no obliga a ello- de facilitar, "en un lugar de fácil acceso en las inmediaciones de cada zona de aguas de baño", la información estipulada sobre la calificación vigente para la playa, calidad de las aguas durante la temporada, notificación de que las aguas están expuestas a contaminación de corta duración, número de días en que se prohibió el baño o se recomendó abstenerse y el aviso cuando dicha contaminación esté presente.

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El cuadro de la Xunta con el historial de resultados de los análisis de la temporada solo especifica los que concluyen con la calificación "apta"; en los restantes casos deja todas las casillas en blanco. "Para no crear alarma social", afirma Anxo F. Saborido, coordinador de la Federación Ecoloxista Galega, que le respondió el jefe del servicio, en Sanidade, cuando le preguntó por esa ocultación de la información, tanto en la web como en la propia playa.

Saborido lleva dos décadas trabajando desde el grupo Adenco en la defensa ambiental del Condado y recuerda que el Tea está considerado Lugar de Interés Comunitario, dentro de la Red Natura 2000. "Las Administraciones evitan ir al origen del problema y resolverlo de una vez por todas. Prefieren confiar en la gran capacidad de regeneración que tiene el río", explica.

Depuradoras de Louzán

La Agencia Europea de Medio Ambiente marcó en 2008 la playa fluvial de O Val, en Mondariz pero inmediata a Mondariz Balneario, como una de las tres más contaminadas en España. El saneamiento de las aguas residuales de Mondariz (5.300 habitantes) se encomienda ahora a cuatro depuradoras compactas y portátiles del programa Deputrans, impulsado por Rafael Louzán desde la Diputación de Pontevedra con financiación europea, cada una de las cuales tiene capacidad para sanear las aguas de 500 habitantes. Las oleadas de contaminación registradas en la playa de O Val demuestran su insuficiencia. Recientemente se ha incorporado, aguas abajo de la playa, otra planta, financiada igualmente con fondos europeos dentro del programa Ecoredesaneasol, con capacidad para tratar las aguas residuales de 1.500 habitantes. Pero sigue infrautilizándose la depuradora inaugurada en 2005 en Mondariz Balneario (700 habitantes), diseñada para una población de 7.200.

La depuradora de Ponteareas -la villa del Tea-, en un recodo del río, está desbordada y vierte directamente todo lo que no puede digerir y tratar. En Salvaterra, antes de desembocar en el Miño, el Tea recibe las últimas oleadas insalubres.

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