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Reportaje:

Centolla, animal de compañía

Marful estrena su segundo disco con un directo en A Coruña

Se cumplen casi todos los cánones. Iluminación fina, postura artificiosa y selección de objetos inanimados, utensilios habituales y productos comestibles, imprescindibles en un bodegón. Amantes de la música y de la buena mesa, los cuatro miembros de Marful posan dentro de la composición creada para ellos por el artista redondelano Pablo Giráldez, O Pastor, como parte de la imagen de su segundo disco, Manual de sedución, que se estrenará mañana en concierto en el Teatro Colón de A Coruña (21.00 horas).

Las tetillas, el chuletón, los plátanos y un crustáceo enjaulado trastocan la dimensión simbólica clásica de la naturaleza muerta, como esencia de la armonía y la serenidad, en favor del humor y la fantasía. Un orden de cosas en el que cabe la posibilidad de tener una centolla como animal de compañía. "Hicimos las fotos en mi casa este verano y después nos lo comimos todo", revela O Pastor. Todos quedaron satisfechos. "Tanto Pablo, como el artista Misha Bies Golas, autor de la idea gráfica del disco, como el diseñador Gonzalo Vázquez, creador del vestuario, entendieron cómo es Manual de sedución: el surrealismo gallego, el realismo mágico, la poesía y el amor fou", afirma Ugía Pedreira, la voz y la letra de Marful. Los textos, nacidos en ese mismo cruce de caminos, están recogidos en Noente Paradise (A través Editora, 2010), el primer libro de la artista que recopila escritos de los últimos seis años. "Escribo siempre pegada a la música, es un estado de estar y un estado de ser".

Puestos a etiquetar, la de "Galicia calidade" podría valer. Mañana, sobre el escenario del Colón, Pedreira, el guitarrista Marcos Teira y los mellizos Pedro (acordeón) y Pablo Pascual (clarinetes) estarán acompañados por el batería Lar Legido y el contrabajista Xacobe Martínez Antelo, dos tercios de la banda de jazz Sumrrá, recién llegados de cruzar el charco para participar en el XX Festijazz de La Paz (Bolivia). Los seis harán cobrar vida a un trabajo discográfico sembrado de colaboraciones y autoeditado, como su debut, Salón de Baile (2006), con el que Marful se ganó un lugar propio en la escena musical gallega con sus ritmos de ida y vuelta, como las maletas de los emigrantes, y elegancia vintage.

"Ahora afrontamos una etapa de madurez en la que asumimos que nuestras contradicciones forman parte de la seducción, como la inocencia, la espontaneidad y esa capacidad de juego tan importante en el surrealismo", reflexiona la cantante. "Creo que los cuatro nos dejamos seducir por completo en este disco, que pretende devolver al público de Marful, con el que tenemos una comunicación especial, lo que nos dio en estos cuatro años".

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