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Conde Roa pretende echar a los "okupas" del 15-M del Obradoiro

El futuro alcalde considera que da mala imagen de Santiago ante el turismo

Aunque todavía faltan un par de semanas para que el popular Gerardo Conde Roa asuma el bastón de mando del Ayuntamiento de Santiago, ya ha comenzado a marcar lo que será su mandato desde el asiento de concejal en la oposición. El primer asunto sobre el que se ha pronunciado es el campamento que los indignados del 15-M mantienen en la Praza do Obradoiro, que "se tiene que acabar". El futuro alcalde consideró ayer que, si bien se podían entender las quejas de los indignados en un comienzo, el "campamento de okupas" en el que, dice, se ha convertido la protesta no se puede mantener en el tiempo al ser el Obradoiro el referente turístico de la ciudad. "No podemos tener este espectáculo en el Obradoiro", resumió.

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El futuro alcalde ejemplificó que un turista que llegue a la capital gallega procedente de cualquier lugar del mundo no puede "pensar que [el Obradoiro] va a ser una maravilla y llegar aquí, y ver lo que hay". A pesar de que Conde Roa se mostró consciente de que no le toca a él "asumir competencias" porque forma parte de la oposición municipal hasta el próximo 11 de junio, abogó por tomar medidas de la forma más razonable posible porque la situación en la plaza "no puede prolongarse más". Por ello, el concejal popular explicó que ha intentado ponerse en contacto con el delegado del Gobierno en Galicia, Miguel Cortizo, para buscar una solución. El mismo Conde Roa apuntó a continuación que todavía no ha podido hablar con Cortizo, mientras que la Delegación del Gobierno no ha avanzado cuál será su posición ante la petición del próximo regidor. Los acampados en el Obradoiro tampoco han querido responder a las palabras de Conde Roa. Su homólogo de A Coruña, Carlos Negreira, apostó ayer por oír a los acampados y no quiso valorar las palabras de Conde Roa.

No esperaron tampoco en la compostelana Sala Nasa a que el popular asuma su cargo para anunciar su retirada "de la primera línea de la acción cultural" por sus "ataques constantes" en "los tres últimos años, basados en insultos, amenazas y mentiras", como aseguró la dirección del local en una carta de despedida. El líder del PP defendió ayer que "nunca se metió con la actividad cultural" del centro, que no ha hecho nada en contra de la sala y que no se alegra del cierre de ningún espacio cultural. Aunque, puntualizó, otra cosa es que le fuese a dar su apoyo desde el Ayuntamiento. "La Sala Nasa cierra antes de que lleguemos al Gobierno", evidenció.

El futuro alcalde está perfilando ya lo que será su equipo de gobierno, en el que contará con dos nuevas concejalías, una sobre familia y otra encargada del ámbito rural. Aunque no aclaró si mantendrá el mismo número de departamentos o los reducirá, si avanzó que los ediles que ya realizaron el seguimiento de determinadas áreas se mantendrán en ellas y, aunque algunas se concentren, "todos los concejales van a trabajar". Eso sí, como ya determinó Núñez Feijóo en la Xunta, bajo los criterios de "austeridad y racionalidad".

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