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Reportaje:

Conflicto fronterizo por 'Panchita'

La Xunta multa a una ONG asturiana por anillar un águila pescadora en el Eo

"No es la primera vez que nos pasa. En León ya tuvimos un problema parecido por el oso pardo. Todo esto se debe a los tremendos celos administrativos que existen en materia de conservación de la naturaleza. Y mientras, el medio está en riesgo y se degrada". Hace un mes, el Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) recibió la notificación de una multa de la Xunta. La Dirección Xeral de Conservación da Natureza les reclamaba 6.010,13 euros (aunque, según advertía en el escrito, podía exigirles 60.000), por haber cometido una "falta muy grave contra el medioambiente".

Según este departamento de Medio Rural, habían anillado un águila pescadora en el Eo sin su permiso. "Nos trataron como cazadores furtivos", se queja Roberto Hartasánchez, el presidente del FAPAS, una ONG que colabora con el CSIC. "Contábamos con la autorización del Principado, y nunca pensamos que tuviésemos que pedir licencia en Galicia", sigue explicando el ecologista, porque la operación tuvo lugar "en la orilla asturiana" del Eo. Sin embargo, y aunque el FAPAS ha presentado pruebas de lo contrario, los técnicos de la Xunta en la zona sostienen que se llevó a cabo en la parte gallega.

Se ha constatado que algunos ejemplares han muerto a tiros en Galicia
Los propietarios de montes de Ribadeo se ofrecieron para instalar nidos

"Lo peor es que esto ya ha empezado a tener consecuencias", lamenta Hartasánchez. Al margen de los 6.000 euros que habrá que pagar si la Xunta no estima el recurso que ha presentado el abogado de FAPAS (con una documentación complementaria que tuvo que remitir dos veces porque, según explican, la Xunta la perdió), "hay colaboradores, entre ellos una empresa gallega, que han llamado alarmados. Y es normal, porque la gente no quiere ver mezclado su nombre con el de unos delincuentes".

Panchita, que así han bautizado a esta águila pescadora (uno de los escasísimos ejemplares que hay por estos parajes), ha provocado un conflicto fronterizo volando sobre el río, sin saber de límites territoriales, de jurisdicciones y Administraciones. La Xunta asegura que sus técnicos probaron, por las coordenadas del GPS, que la captura y el marcaje se llevaron a cabo en el lado de Ribadeo, pero el FAPAS lo niega. "Allí no había ningún inspector de la Xunta, los datos de GPS se los aportamos luego nosotros y son de la margen asturiana", defiende Hartasánchez. De todo esto, además, hay testigos. Entre ellos el científico de la Junta de Andalucía que viajó hasta Vegadeo para echarles una mano.

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Después de las alegaciones que tuvo que presentar el FAPAS en un plazo de 15 días, la tramitación del expediente sancionador está a la espera de la respuesta de los agentes de Medio Rural, que, según una portavoz de la consellería, disponen de varios meses para aportar nuevas pruebas. Después, la Xunta resolverá, y el montante de la sanción puede mantenerse o variar. Después, recuerdan de todas formas desde Medio Rural, a los ecologistas "aún les queda el recurso de alzada".

En este sentimiento burocrático que Hartasánchez define como "celos administrativos" caben todo tipo de argumentos. "Estáis usando lanchas de Ribadeo", asegura el ecologista que le recriminó un responsable de la Xunta. "Claro, es que el gerente del Náutico de Ribadeo es amigo mío y las puso a nuestra disposición", explica. Pero eso nada tiene que ver con la causa de la denuncia que cursaron los agentes. Hartasánchez reconoce que también están colaborando con ellos los propietarios de montes de Ribadeo, que se han ofrecido para instalar nidos en los eucaliptales con el fin de fijar grupos reproductores "como se hizo en el Loira". Y admite además que usan el observatorio de la margen gallega "por su mejor perspectiva" y porque es "un derecho" que tienen "como ciudadanos". Pero el proceso de marcaje tuvo lugar, insiste, todo él en Asturias.

"Se deben de creer que somos un grupín de amigos que cogimos un pajarín", comenta el presidente del colectivo asturiano, "pero somos una ONG profesionalizada, con gente en nómina, y llevamos tiempo trabajando en este proyecto, con otros marcajes en la costa cantábrica. Lo dirige una bióloga, Doriana Pando, que se preparó en Finlandia, Alemania y Francia, y que estuvo dos años en el CSIC para esto". Un proceso de captura, marcaje y suelta en el que "no ha habido errores".

Panchita fue capturada cuando se posó en un poste especial con un hilo de nailon que se activa con mando a distancia. Luego se le colocaron un emisor de cola, una marca blanca en el plumaje y "las dos anillas preceptivas", una del CSIC y la otra, amarilla con fondo negro, "que indica precisamente que el marcaje se hizo en Asturias". Después se liberó. "Por desgracia", concluye el ecologista, "los últimos datos hablan de que estas aves migratorias mueren a tiros al atravesar Galicia. En Inglaterra se ha escrito sobre los "problemas de supervivencia" que tienen en la comunidad águilas pescadoras marcadas allí, y a las que se les perdió el rastro vía satélite cuando llegaron aquí.

<i>Panchita</i>, águila pescadora del Eo, en el momento de ser liberada tras su marcaje, en una imagen cedida por FAPAS.
Panchita, águila pescadora del Eo, en el momento de ser liberada tras su marcaje, en una imagen cedida por FAPAS.LUIS GARCÍA

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