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Reportaje:

Cortegada reclama sus ruinas

La Iglesia vendió a un vecino la antigua escuela, propiedad del ayuntamiento

Las ruinas de la antigua escuela de Valongo (Cortegada) enfrentan a los vecinos del municipio. Las centenarias piedras, restos de la construcción, en 1700, de la iglesia del pueblo, fueron vendidas por la Diócesis de Ourense a un vecino que las mantiene limpias de hierbajos e incorporadas a su finca privada, anexas a la reluciente piscina familiar. Incluso le construyó a ambos lados sendas escaleras para facilitar el tránsito por la empinada parcela que le ha quedado y levantó unos curiosos muros y dejó morir el paso del camino público en su ampliada finca.

Pero la Iglesia le vendió lo que no era suyo: está cuidando con esmero un terreno municipal por el que pelean los vecinos. "Aún podemos traer aquí a muchos que estudiamos en esta escuela y marcar los lindes con las manos", advierte el presidente de la asociación de vecinos de Media Valongo, Francisco Álvarez. "Me engañaron", sostiene el comprador -un conocido empresario de la zona que no quiere ser identificado- mientras pasea con un pie en su finca y el otro en el terreno público que está cuidando con esmero. Asegura que pagó al obispado 4.000 euros por los sillares y un entorno de unos 400 metros cuadrados "hace cuatro o cinco años". Pero la antigua escuela y sus terrenos eran una propiedad municipal. En el año 1952 el ayuntamiento los registró como bien de dominio público sin que nadie, ni siquiera la Iglesia, presentara alegaciones.

El propietario cuida un terreno municipal que reclaman los vecinos
"Fui comprando parcelitas y estuve tranquilo hasta que apareció el problema"

Al fallido comprador no le dieron copia del título de propiedad, "pero firmamos la compraventa ante notario y los curas me enseñaron el registro del obispado" en donde constaba que era propiedad de la Iglesia "desde tiempos inmemoriales", así, sin mayores precisiones. "Me engañaron", repite sin ocultar el deseo de mantener la esmerada parcela, "y ahora estoy cuidando todo esto de los jabalís y de las víboras". Y añade: "Fui comprando parcelitas y estuve tranquilo, relajado y silencioso hasta que apareció este problema". "Pequé de inocente", lamenta.

Su esmero no conmueve a los vecinos. La única concejala del BNG, Ánxeles Montero, dio la voz de alarma. "El alcalde va a pasar el bien público a bien patrimonial para vendérselo de nuevo", al particular, sostiene la nacionalista. Y ayer, el grupo del PSOE encabezado por el ex comisario Avelino Luis de Francisco, que gobierna desde 2007 el municipio con mayoría absoluta, aprobó en sesión plenaria el traspaso a bien patrimonial municipal. Se generó de nuevo la polémica. Los vecinos, respaldados por Ánxeles Montero, quieren mantener la propiedad de "la escuela más antigua de todo Cortegada". Aseguran tener documentos en donde consta que fue arreglada por el ayuntamiento en el año 1855 "y estudiamos en ella tres o cuatro generaciones". La decadencia llegó con el boom de las escuelas unitarias de los 60 y nadie se preocupó de ella hasta ahora. "Queremos que se restaure y no se venda; tiene una piedra que es una maravilla", comentan los del pueblo. Y, efectivamente, la tiene; idéntica a la de la iglesia que se yergue unos metros más allá por encima de las silvas de las fincas contiguas.

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Ánxeles Montero, encabeza políticamente las demandas de los vecinos. Tanto éstos como el BNG han presentado alegaciones contra la decisión municipal de convertir la escuela en bien patrimonial. "No consentiremos que la vendan", advierte la edil nacionalista que anuncia un recurso de reposición contra el acuerdo plenario y, en el caso de que nos prospere, la intención de recurrir al contencioso administrativo.

Montero no tiene duda de que De Francisco intentará venderle la finca al particular. "¿A cuento de qué iba si no a convertirla en bien patrimonial?", se pregunta. A su lado, el portavoz de los vecinos de Media Valongo explica cómo en enero de 2008 "el ayuntamiento dijo que no tenía datos de la titularidad y yo sabía bien que sí; después dijeron que habían perdido el libro de registros y cuando les advertimos de que teníamos copias, apareció de pronto".

El alcalde no niega la historia. "La Iglesia no debió de enterarse de que la propiedad no era suya" y cuando el vecino intentó comprarla al ayuntamiento "apareció un cura y le dijo que allí no podía ni tocar, que era del obispado". Ayer aprobó un expediente de desafectación del bien para convertirlo en patrimonial "y ya veremos más adelante si se la vendemos o no a este hombre; de momento sólo lo convertimos en bien patrimonial municipal". De Francisco reconoce que le han presentado 98 firmas -"me consta que sólo 48 son de Valongo", matiza- para que mantenga la titularidad pública de la antigua escuela y la reconvierta en un edificio emblemático para el pueblo. "Ya se verá, ya se verá; no voy a adelantar nada", responde eludiendo el compromiso.

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