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A Coruña asumirá los cambios de la Xunta a su plan de ordenación

El Plan General de Ordenación Municpial de A Coruña tiene dos peros según la Xunta. Traza una previsión irreal de la evolución demográfica de la ciudad en la próxima década y proyecta actuaciones urbanísticas supeditadas a que otras administraciones aporten una financiación que hoy no está garantizada o que depende de futuros conveniso "pendientes de formulación".

Nada que suponga una modificación importante de la planificación urbanística de la ciudad, dibujada por el equipo del arquitecto catalán Joan Busquets.

El Ayuntamiento asumirá todas las correcciones requeridas por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras en su informe previo emitido ayer, para seguir adelante con la tramitación del plan e incluso "agilizarla". La previsión municipal es aprobar en mes y medio el documento que actualizará la ordenación urbanística de la ciudad -en vigor desde 1998- para exponerlo públicamente. El alcalde, el socialista Javier Losada, agradeció a la Xunta y a su presidente la celeridad con la que informó del plan, "respetando el espíritu y el fondo" del documento así como su oferta de "colaboración institucional" para que entre en vigor en 2010. Una de las principales objeciones de la consellería de Territorio tiene que ver con la previsión del Ayuntamiento de construir 33.900 nuevas viviendas al calcular que la población, ahora de 247.000 habitantes, se incrementará en 64.000 personas. "No se tienen en cuenta previsiones de incremento de la población", alertan los técnicos de la Xunta, "y se toma como referencia el número de viviendas edificadas en un periodo de gran auge constructivo", entre 1999 y 2007.

Otro de los aspectos que deberán limar las autoridades locales tiene que ver con las importantes transformaciones que el Ayuntamiento diseñó para cuatro zonas estratégicas de la ciudad que pasarán a ser urbanizadas: los céntricos muelles que se liberarán cuando esté terminado el puerto exterior, la zona de la estación de autobuses que quedará libre para viviendas cuando se fusione con la estación de tren, y el solar de la fábrica de armas Santa Bárbara, cuyo traslado aún está pendiente. La Xunta advierte de que esas actuaciones dependen de "futuros convenios con otras administraciones que están pendientes de formulación, y eso provoca una duplicidad de clasificación

que no está ni prevista, ni permitida por la legislación urbanística".

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