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"Debemos construir una alianza de luchas, no de civilizaciones"

El filósofo Slavoj Zizek expuso en Santiago su crítica del multiculturalismo liberal

A la primera de cambio, Slavoj Zizek se definió, "sin ironía", como "teólogo cristiano materilista". Continúo con el destripamiento del bíblico Libro de Job y una defensa vehemente del legado originario de la cristiandad. "La civilización judeo-cristiana elevó la dignidad humana", expuso. Pese a todo, Zizek habla de sí mismo como un "ateo combativo", y en la tarde de ayer en Santiago de Compostela, su primera conferencia en Galicia, no renunció al marxismo que subyace en su pensamiento. El ático del Pazo de Raxoi, que acoge el Consello da Cultura Galega, se encontraba repleto para oír las diatribas del filósofo esloveno.

De entrada, la lección que el autor de Visión de paralaje iba a ofrecer dentro del ciclo Os sentidos das culturas trataba sobre el multiculturalismo, que el pensador identifica con la "ideología del capitalismo neoliberal". Pero cuando quien toma la palabra es Slavoj Zizek, las direcciones que toma la razón resultan una incógnita. La contradicción entre los retretes alemanes y la alta cultura, En busca del tiempo perdido, la guerrilla peruana de Sendero Luminoso, Slobodan Milosevic o una nueva marca de habas venezolana "que no provoca flatulencias" constituyeron algunos de los asuntos que Zizek puso al servicio de la destrucción intelectual del liberalismo.

"Martin Luther King no pedía tolerancia para los negros, pedía justicia, igualdad"

A responder la pregunta que se autoformuló, "¿quién es el otro?", dedicó buena parte de su intervención. Criticó con dureza el "buenismo progresista" y atacó el eslogan de José Luis Rodríguez Zapatero, "la alianza de civilizaciones". "En cada civilización hay luchas, y lo que debemos construir", opinó, "es una alianza de luchas, no de civilizaciones". Estos conflictos a los que se refiere Slavoj Zizek, y así lo clarifica en libros como La revolución blanda, O espectro segue a roldar o Repetir Lenin, son de clase.

El esloveno ahondó, con sus maneras frenéticas, sudorosas, de explicar teoría, en lo que trata uno de sus últimos volúmenes traducidos al castellano, En defensa de la intolerancia. "La tolerancia pretende humanizar el capitalismo y se adueña de las luchas de la izquierda", afirmó. Para Slavoj Zizek, el combate contra el racismo sirve de ejemplo para ilustrar la idea. "Martin Luther King no pedía tolerancia para los negros", dijo, "pedía justicia, pedía igualdad, y ahora se convierte en cuestión de 'tolerar' al otro". "En definitiva, lo que quiere el liberalismo multicultural es un vecino, un 'otro', que no huela mal", concluyó.

Una de las peculiaridades del trabajo de Slavoj Zizek reside en la continua imprevisibilidad de su discurso. Él lo aclaró en su charla de Santiago de Compostela: "Es increíble la manera en cómo los hechos ordinarios definen nuestra actitud colectiva". Zizek acababa de elaborar un retrato oral de los cuartos de baño alemanes en relación a la filosofía o a la literatura germanas.

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En la última parte de su conferencia, titulada Tolerancia multicultural como ideoloxía, Slavoj Zizek, que no dejó pasar la oportunidad de llamarse "izquierdista de línea dura", se refirió a la "necesidad de una nueva melodía para Europa". "La elección actual es entre el liberalismo capitalista o el capitalismo autoritario, y por eso creo en Europa". La voluntad de acción supera la pureza académica y Slavoj Zizek es de los que se manchan en la real politik.

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