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Reportaje:

Dieta sana a golpe de clic

Granjas familiares ideadas en la Universidad venden en la Red productos tradicionales

"Quien hace algún pedido, repite". Dolores, propietaria de la granja Agro do Couceiro, en Coristanco (A Coruña), está tan satisfecha con la web granxafamiliar.com como sus clientes con sus hortalizas de temporada. Lechugas, tomates, judías o patatas comercializadas a través de este portal -nacido a partir de un proyecto de investigación de la Universidad de Santiago- que permite a más de una veintena de agricultores acceder a un nuevo canal de venta más allá de los mercados tradicionales.

Además de productos de huerta, en esta feria virtual se venden carnes, quesos, mermeladas y hasta setas o flores. Un escaparate muy semejante al de las ferias tradicionales, en las que se vendían y compraban excedentes de carnes y cultivos destinados en su origen al autoconsumo por parte de las familias campesinas.

Los promotores de la web ultiman la creación de una fábrica de procesado
Las granjas ofrecen la posibilidad de recoger la compra sobre el terreno

Este fenómeno fue estudiado entre 2003 y 2006 por el Grupo de Investigación Sociedade, Tecnoloxía e Territorio (GIS-T), del Instituto Universitario de Estudos e Desenvolvemento de Galicia (IDEGA) de la Universidad de Santiago, que analizó la organización económica de varias granjas familiares en Galicia e Irlanda. "Concluimos que la venta de estos excedentes de producción de autoconsumo podía suponer alrededor de 18.000 euros anuales por familia", explica el director del grupo, Carlos Ferrás.

Con una conexión a Internet, voluntad para aprender y el apoyo de la universidad santiaguesa, varias granjas de los municipos de Antas de Ulla, Brión y Lalín se lanzaron a probar esta nueva forma de venta en 2007. Ahora, con el proyecto ya consolidado y extendido, se ultima la puesta en marcha de una tienda en línea en la que los compradores puedan llenar su cesta de la compra virtual.

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Por el momento, Granxa Familiar se limita a mediar entre vendedores y compradores y a ofrecer a sus usuarios ventajosos convenios con empresas de logística. Por tanto, no disponen de datos precisos sobre el volumen de ventas. "En la web medimos un tráfico de unos 3.000 visitantes únicos al mes, de los cuales entre un 5% y un 10% son compradores", calcula Ferrás.

"A nosotros nos ha venido muy bien para vender fuera de Galicia. Hace poco enviamos 30 empanadas a Valencia", comenta Carlos Reino, que ofrece en la web el pan, las empanadas y los dulces artesanos que elabora en su horno de leña. Su panaderia lleva un año en la Red.

Uno de los lemas de Granxa Familiar es "el derecho de todos a comer sano". Otro es "el comercio más justo para Galicia". Esta apuesta por las formas de producción tradicionales, por los alimentos frescos y por la sostenibilidad de las granjas familiares es uno de los motores del proyecto. "Apostamos por el comercio justo", explica Ferrás, "con la eliminación de intermediarios" en la cadena de venta de la producción agrícola.

"En la web se ofertan productos naturales propios de la alimentación familiar tradicional", añade. "Lo que no hacemos son controles de calidad directos. Pero muchos de los productos disponen de certificados, como el del CRAE [Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica], que garantizan su calidad".

Es el caso de los vinos ecológicos que vende a través de la web Esther Teijeiro, de la bodega chantadina Diego de Lemos. "Nuestro vino no lleva herbicidas ni ningún tratamiento químico, por lo que su elaboración es muy trabajosa", explica.

Otro de los pilares de la iniciativa es la extensión de las nuevas tecnologías en el medio rural. Para apoyar su implantación, el grupo de investigación ofrece cursos de alfabetización digital para que las personas que se animan a formar parte de Granxa Familiar manejen su microweb o la cuenta de correo que se les ofrece con su espacio en la página.

A través del portal, las personas interesadas en conocer sobre el terreno el proceso de cultivo y recolección de las verduras que adquieren, pueden acordar con sus proveedores visitas a las granjas para, incluso, recoger su compra con sus propias manos. "A los niños y a la gente que vive en la ciudad les gusta mucho", explica Dolores, que ha recibido ya varias visitas.

Para promover la viabilidad de las pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas y de favorecer la pervivencia de modos de vida tradicionales asociados al campo, el grupo GIS-T ha puesto en marcha otros proyectos estrechamente vinculados a Granxa Familiar. Además de la tienda virtual, está prevista la creación de una empresa de envasado y procesado de productos alimentarios. Y otra web ya en funcionamiento, Galicia Auténtica, recopila rutas y propuestas de ocio alternativas con las que conocer la realidad etnográfica y social de zonas alejadas de los centros turísticos convencionales.

Dolores, propietaria de la granja Agra do Couceiro, en Coristanco (A Coruña), en uno de sus invernaderos.
Dolores, propietaria de la granja Agra do Couceiro, en Coristanco (A Coruña), en uno de sus invernaderos.GABRIEL TIZÓN

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