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Dimite el jefe de Sargadelos al ser rechazado uno de los ERE

El consejero delegado de Sargadelos, Segismundo García, puso ayer su cargo a disposición de la junta de accionistas al no aprobarse uno de los dos ERE que la compañía quería impulsar como solución a la situación económica que atraviesa.

La Consellería de Traballo solo ha dado el visto bueno al expediente de la fábrica de Cervo, en la provincia de Lugo, por el que se despide a 26 empleados de los 115 de la planta. El ERE rechazado corresponde a la fábrica de Cerámicas do Castro, en el municipio coruñés de Sada.

La Xunta rechazó la extinción de 23 empleos porque considera que "la medida no se considera justificada en los términos planteados por la empresa". Además la resolución de Traballo señala irregularidades como "la falta de justificación de los criterios de selección" de los contratos a extinguir y "que esta afecta mayoritariamente a mujeres y mayores de 55".

Para el todavía consejero delegado, la aceptación del ERE de Cervo pero no el de O Castro es "injusto y obedece a acuerdos políticos". Según García, la dirección de la compañía remitió "la misma documentación" en las dos ocasiones: "Para nosotros era más fácil cerrar una fábrica, pero quisimos repartir los costes sociales".Para Roberto Teixido, de UGT, la decisión de Traballo "ratifica la postura de los empleados" y demuestra "que la empresa no tenía razón". A pesar de la resolución de la Xunta los trabajadores de O Castro continuarán las movilizaciones que tenían previstas.

Los sindicatos tienen prevista una huelga en la planta de Sada y el próximo 1 de octubre mantienen la convocatoria de una manfiestación para pedir la supervivencia de la fábrica. Los trabajadores se desplazarán hoy al Parlamento autónomo, donde se discute una proposición no de ley del BNG para pedir a la Xunta iniciativas que permitan la viabilidad de la histórica empresa.

Teixido atribuye la obcecación de la empresa con O Castro a la tentativa de "elimitar todo vestigio del paso de Isaac Díaz Pardo", ya que la empresa se inició en la fábrica coruñesa y la actual dirección expulsó del mando al intelectual.

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Según el sindicalista, "los trabajadores siguen abiertos a un plan de viabilidad serio", que incluya "medidas de adaptación con soluciones menos traumáticas que los despidos", que permitan mantener la empresa. Para Teixido, la Consellería de Traballo "resolvió con justicia".

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