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Economía admite que anunció una fábrica de coches sin tener terrenos

Javier Guerra espera que Baltar busque suelo para la compañía británica Xero

El ayuntamiento ourensano de Melón no albergará la instalación de la planta de la empresa británica Xero. Los más de mil puestos de trabajo que el alcalde de este municipio, Alberto Pardellas, del PP, estaba ya ofreciendo a los vecinos, han volado. El conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, tuvo que rectificar ayer el "anuncio de intenciones" que realizó la semana pasada en Ourense en un acto con asistencia del presidente de la Diputación, José Luis Baltar, que hizo las gestiones con la firma británica, y con representantes de la factoría. Les ofrecieron un terreno que tiene 200 propietarios. Ahora el conselleiro reconoce que la ausencia de suelo en el que instalar la empresa hace imposible el proyecto en ese enclave.

La parcela en la que Guerra anunció que se instalaría la factoría británica -al mismo tiempo que la importante línea de ayudas a la empresa- es propiedad de 200 vecinos y nadie ha negociado la compraventa con ellos. La empresa ha recibido con malestar la noticia y ahora tanto ella como la Xunta miran hacia Baltar esperando una solución: la oferta de otros terrenos. Más de 300.000 metros cuadrados, en una zona comunicada con la autovía Vigo-Madrid (esto es, en la comarca de O Ribeiro) y sin urbanizar.

"En el acto de presentación [de la instalación de Xero en Melón] Baltar dijo que si el proyecto por algún motivo no fuera viable en ese enclave, buscaría otro emplazamiento", recordó ayer en declaraciones a este periódico un portavoz de la empresa. La firma británica está preocupada porque "tiene un calendario" que cumplir "por estrategias del mercado internacional y debe "tener lista en 2012 la fábrica" para la producción del coche eléctrico.

Los directivos de Xero sostienen que desconocían que el terreno que les ofrecieron Baltar y la Consellería de Econo?mía fuera propiedad de 200 particulares. Son conscientes de que la negociación del Ayuntamiento con todos ellos "demoraría considerablemente" su objetivo. Por eso piden a Baltar que ofrezca los terrenos alternativos "como anunció". "No podemos incumplir el calendario".A Xero le atraía la zona por sus buenas comunicaciones y porque el terreno, un monte sin construcción de ningún tipo, le permitía "realizar el diseño específico, con mucha zona verde" que la empresa quiere para su fábrica. Pero si la firma inglesa mira a Baltar, eso mismo hace el conselleiro Javier Guerra. Hace apenas unos días aseguró, en el anuncio del proyecto, que "vamos a situar a Ourense en la vanguardia de la revolución tecnológica". Ayer, Guerra apeló a Baltar para poder mantener su promesa.

El conselleiro de Industria se mostró "seguro" de que el presidente de la Diputación ourensana encontrará la "localización más positiva en Ourense" para la factoría británica y los más de mil empleos que traería consigo.

Para justificar lo apresurado del anuncio y el estampado de su firma en el "acuerdo de intenciones", realizado en conferencia de prensa en pleno periodo preelectoral, Guerra destacó que Xero tenía varias propuestas. Entre otras, una en Rotterdam (Holanda). Se trataba, según dio a entender, de ofrecer el apoyo de la Xunta para que "la empresa pueda venir a Galicia".

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Todos los vecinos de Melón, incluido el alcalde -del núcleo duro del baltarismo- sabían que el terreno tenía 200 propietarios. El conselleiro dejó entrever ayer que también lo sabía. "Si la consellería se hubiese demorado, Ourense podría haber perdido una inversión especialmente relevante", dijo Javier Guerra contestando a preguntas de los periodistas.

"El objetivo [del anuncio de intenciones y compromiso de las líneas de ayuda pública de hasta el 40% de los 26 millones de euros que la empresa piensa invertir] fue evitar que la firma británica "busque nuevos entornos" para su fábrica. El alcalde de Melón aseguraba el lunes que tenía "todo en orden" para la instalación de la fábrica y que "no supondrá ningún problema negociar la compra o la expropiación" con los dos centenares de propietarios del municipio. Pardellas, según dijo, prefirió asegurarse de que el proyecto de fábrica iba para adelante antes de negociar con ellos.

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