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Economía arrincona su plan estrella para captar cerebros internacionales

Anunció el programa en septiembre de 2010 y no ha convocado las becas

Se llama TalentGalia, y es un ambicioso programa de la Consellería de Economía e Industria para contratar a 64 investigadores de alto nivel que trabajen fuera de Galicia. O era, porque del plan se sabe poco desde el mismo día de su anuncio, a finales de septiembre de 2010. El departamento que dirige Javier Guerra señala que "no hay problemas fuera de los trámites habituales, ajustes y negociaciones con Bruselas". Pero han pasado 15 meses e Industria todavía fecha su puesta en marcha "en el primer trimestre de 2012".

Gracias a esa agilidad, y a menos que quiera prolongar su duración para recuperar el tiempo perdido, la consellería ya se ha ahorrado el presupuesto del TalentGalia en su primer año de vida. El conselleiro anunció que el presupuesto alcanzaría los 12,3 millones de euros para el periodo 2011-2014. Su intención era promover la I+D de alto nivel contratando a investigadores senior (el 70%) con más de 10 años de experiencia y amplio currículo. El 30% de las plazas se reservaban a personas con una experiencia profesional superior a cinco años. Los contratos, por un periodo máximo de 24 meses, iban a establecer un límite de recursos por persona de 85.000 euros anuales (incluidos salarios y gastos de traslado).

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El anuncio se produjo en un otoño caliente. Cientos de investigadores gallegos esperaban que la Consellería de Economía convocase las nuevas plazas del plan de I+D+i para poder incorporarse a universidades, centros tecnológicos u organismos científicos.

Desde la federación de jóvenes investigadores Precarios llovieron las críticas. No entendían el bombo que se dio a la iniciativa, elogiada por el propio presidente, Alberto Núñez Feijóo, mientras seguía sin definirse la política investigadora. Incluso se cuestionó el esquema de TalentGalia por la escasa remuneración que planteaba para, supuestamente, fichar a primeros espadas de la ciencia. "Este anuncio es la prueba de que ni el conselleiro ni el director general saben ver qué clase de Galicia quieren para el futuro", aseguró entonces Beatriz Blanco, portavoz de la asociación.

Tampoco faltaron las conjeturas, como quien vinculó el anuncio a la instalación de la multinacional Mitsubishi en Salvaterra como apoyo a la fábrica de baterías para vehículos eléctricos.

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El programa también tenía paralelismo con Iman, que se venía convocando hasta 2010, basado en contratos de alto nivel para proyectos de alcance en centros de investigación de excelencia. Ambos (el antiguo y el nuevo) perseguían recuperar a cerebros gallegos que hubiesen hecho carrera en otros países.

Lo que vino después es conocido. Guerra desplazó las áreas puramente investigadoras a la Consellería de Educación, que financia a las Universidades, y puso en práctica un enfoque más orientado a la innovación. Su objetivo es conseguir resultados más inmediatos de los que se puedan aprovechar las empresas gallegas.

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