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Economía sugiere que se reducirán becas de investigadores universitarios

La Xunta reorientará la actividad científica para lograr "rendimiento económico"

Pablo Linde

Los investigadores de la universidad que creían que la aprobación del nuevo plan de Investigación, Innovación e Crecemento (I2=C) iba a despejar algo su futuro tendrán que seguir esperando. Según anunció ayer el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, tras el Consello de la Xunta, habrá un cambio en la gestión de las becas, que incluso modificarán su denominación y "se adecuarán a las necesidades de la universidad". Aunque evitó asumir una disminución en las futuras becas universitarias e incluso lo negó a preguntas de los periodistas, el resto de sus palabras describían claramente una caída en los contratos de investigación.

"Se han prorrogado todos los contratos. A partir de enero vamos a desarrollar estos programas. Es necesaria una adaptación a las necesidades del Sistema Galego de Universidades. Es imprescindible que haya una adaptación cierta, que no se generen expectativas que después no se pueden complementar. Por ejemplo, las becas Ramón y Cajal en toda España son 250; se estaban ofreciendo en Galicia entre 70 y 80 de este tipo y parece que no tiene un especial sentido. Eso no se puede mantener a largo plazo", explicó Guerra.

Feijóo anuncia una inversión de 1.200 millones en los próximos cuatro años

En su opinión, las universidades no pueden absorber a todos los investigadores que reciben becas de la Xunta, por lo que hay que "adecuarlas". Parece poco probable que esta "adecuación" sea algo distinto de una disminución de las ayudas, por mucho que tanto él como el presidente Alberto Núñez Feijóo se afanasen en negarlo. "Nos adaptaremos a las necesidades de la universidad", repetían.

Esta presumible disminución de futuras becas para investigadores en la universidad se enmarca en un plan, el I2=C, que es, según la Xunta, el de mayor inversión en investigación y desarrollo. Se consignan para el año que viene algo más de 192 millones de euros, un 1,82% del presupuesto. Hasta 2015 serán 1.200 millones, 370 más que el plan Incite del bipartito, según Feijóo. Los objetivos del plan son cinco: captación, formación y retención del talento; investigación de referencia y competitiva; innovación y valorización; crecimiento empresarial y cambio de modelo para un sistema competitivo más allá del 2013, cuando termina la legislatura.

¿Por qué se recortan entonces las becas a investigadores universitarios? La idea que trasladaron ayer Guerra y Feijóo es que la universidad no puede absorber a tanto personal una vez que termina su beca. Además, en palabras del conselleiro de Economía, "no se puede invertir una gran cantidad de dinero sin retorno". Por ello, se potenciará la investigación en el ámbito empresarial y se arbitrarán los sistemas que midan la transferencia de valor a la sociedad.

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Los investigadores de la universidad están inmersos en muchas ocasiones en proyectos que no tienen una aplicación concreta y que dan frutos al cabo de muchos años. Pero para Guerra, incluso la investigación básica "tiene que tener retorno, algún tipo de aplicación".

Estos investigadores, que esperan a saber a qué becas podrán acceder para seguir trabajando cuando completen sus tesis, tendrán que esperar a enero, cuando la Axencia de Innovación, que canalizará toda esta inversión, se reunirá con las universidades para analizar sus necesidades. Guerra aseguró que dentro de este plan, "las carreras profesionales de los investigadores" que consigan becas "se garantizan".

"No hay que olvidar que la investigación no solo se hace en la universidad, también en el mundo empresarial y tecnológico. Aquí lo que se trata es dedicar muchos más recursos a investigación e innovación, pero para que haya un rendimiento, un retorno, y pueda el ciclo seguir funcionando. No se puede solo crear conocimiento sin una aplicación práctica en el mundo de la economía", abundó Guerra. Feijóo subrayó que el plan es "ambicioso presupuestariamente y desde el punto de vista del diálogo" ya que contó con el visto bueno del Consello Galego de Universidades y de la mesa de diálogo social.

La autovía Carballo-Fisterra estará finalizada en 2013

La deuda que Galicia tiene con la Costa da Morte y con la comarca de Bergantiños comenzó a saldarse ayer, según el presidente, Alberto Núñez Feijóo, con la aprobación en el Consello de la Xunta de la autovía que unirá Carballo con Fisterra. "Estará adjudicada en el segundo trimestre del año que viene y finalizada antes de que termine la legislatura", aseguró el presidente. La Xunta anuló el pasado septiembre el concurso anterior para esta autovía después de que el PSdeG y una de las empresas que optabal contrato denunciasen que se iba a adjudicar con un sobrecoste de 215 millones de euros.

Es, según Feijóo, el "paso definitivo" para unir la Costa da Morte con el mapa de autovías. "Podemos dar por desbloqueada la inversión necesaria para ejecutar una autovía enmarcada en el plan de infraestructuras de la Xunta". La inversión en obra civil será de 208 millones, el plazo de ejecución se rebaja en tres meses, según lo que estaba previsto, de 30 a 27, por lo que estará lista en 2013. También baja el plazo concesional, que pasa de 30 a 25 años, por lo que la Xunta se obliga a disminuir pago aplazado en cinco años. Por último, según lo acordado en el Consello de ayer, se modifica el acuerdo de contraprestación, al pasar de un canon de demanda en función de número de vehículos que transitasen por la autovía a uno de disponibilidad en función del cumplimento de 21 indicadores de calidad y conservación de la carretera. "Esto supone un ahorro en la vida útil del contrato de 300 millones de euros", subrayó Feijóo, quien añadió que, la inversión entre licitación, expropiación, construcción y mantenimiento pasa de 1.089 a 784 millones de euros. "Desde el Prestige teníamos un compromiso sin cumplir con la Costa da Morte y la comarca de Bergantiños", afirmó el presidente.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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