Eléctricas y grandes fortunas, las más castigadas por la refoma fiscal

La Xunta prevé recaudar en 2008 un total de 4.053 millones de euros con los impuestos autonómicos y los cedidos por el Estado. En 2009, con los cambios fiscales que está introduciendo, calcula que la cifra se situará en un entorno similar (unos 4.200 millones de euros). Por una parte, recortará en un 65% su recaudación en el impuesto de sucesiones y donaciones, y la ampliará en todos los impuestos denominados verdes que tienen que ver con la tributación medioambiental. La memoria de los Presupuesto de la Xunta para 2008, aprobado esta semana, ya establece estos dos objetivos a la dirección general de Tributos: "Revisión del impuesto de sucesiones y revisión de la imposición medioambiental".

Iberdrola, Fenosa y Endesa serán las más afectadas por la 'fiscalidad verde'

El nuevo Impuesto de Sucesiones y Donaciones dejará exentas a todas las clases bajas y medias de la sociedad gallega (un 95% de las herencias) pero seguirá gravando la sucesión de los patrimonios familiares elevados (herencia de varias viviendas, acciones empresariales y otros activos financieros).

El tributo que grava las herenias recaudó este año en Galicia 144 millones de euros. Para 2008 tiene un cargo en taquilla de 165 millones. En 2009, si se aprueba la reforma, bajará a uno 70 millones. La Xunta eliminará totalmente el impuesto para las herencias inferiores a 125.000 euros; para los viudos o viudas que hereden una vivienda; y para los discapacitados. Tendrá una deducción del 99% para los hijos que hereden la vivienda familiar habitual y para los herederos de una empresa familiar, de cualquier tamaño.

Para las herencias de mayor cuantía, sucesión de acciones y otros activos financieros, la Consellería de Economía y Hacienda baraja dos posibilidades: o mantener el impuesto tal cual está ahora, o bien incluir una reducción del 10% en el tipo impositivo.

La reforma fiscal verde aún está en la cocina, pero fuentes de la Xunta revelaron que, además del canon hidroeléctrico, se tocarán los impuestos por contaminación atmosférica e hidrocarburos, y se introducirán poco a poco nuevas fórmulas para financiar los costes del abastecimiento de aguas y depuración de aguas residuales y basuras.

El canon hidroeléctrico es la gran novedad de la nueva fiscalidad verde y se basa en obtener un retorno social del impacto causado por los grandes pantanos en los ríos y pueblos gallegos. El nuevo tributo afecta a 23 embalses hidráulicos, todos ellos en manos de tres compañías eléctricas: Iberdrola, Unión Fenosa y Endesa. Aunque el impuesto se aplicará en proporción al caudal de agua utilizado para producir electricidad (en agua es de dominio público), realmente se gravará a cada compañía en función de su producción eléctrica.

La empresa más perjudicada por el nuevo impuesto a los pantanos será la vasca Iberdrola, que posee en Galicia concesiones de explotación hidroeléctrica por 1.267 megavatios. Fenosa pagará por sus 1.158 megavatios en grandes embalses, pero no por las más pequeñas (las denominadas minihidráulicas) que también explota en Galicia. Endesa, por su parte, se verá fiscalizada en sus 376 megavatios en dos embales. El resto de las compañías que explotan pantanos más pequeños (Engasa, Norvento o HGP) quedarán exentas.