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Entrevista:

Elvis Costello: "No pretendo que se me escuche en las discotecas"

El enclenque Declan Patrick MacManus que competía con los Dead Boys en los baños del neoyorquino CBGB. El músico londinense que graba para la Deutsche Gramophon, sin dejar de lado Lost Highway, la discográfica de Willie Nelson, y el trabajo con Alain Toussaint por y para la Nueva Orleans arrasada por el Katrina. Todas esas personas, y muchas más, son Elvis Costello, que hoy toca en Santiago (Praza da Quintana, 22.30) después de su esposa, Diana Krall. Presenta su último disco, Secret, profane and sugarcane, grabado en 2009 bajo la égida de su amigo T-Bone Burnett.

Recién aterrizado en Santiago, llama él mismo por teléfono y manda callar a los niños: es la última ciudad de la gira española y viene con su mujer. De entrada, aunque compartan productor y otros amigos, como Emmylou Harris o Loretta Lynn, no le gusta que se compare este último disco suyo con el más genuinamente country, King of America (1986). "No creo ni que sean parecidos. En el último no hay nada eléctrico, ni tambores, pero ese disco tiene dos años. Ahora estamos preparando uno que sorprenderá a la gente, con muchos estilos y muchos instrumentos. Incluso vamos a usar cuernos". De momento, el penúltimo experimento de la enciclopedia del pop pasa por todos los palos de la música de raíz (americana). Del bluegrass al country & western, con lírica agreste marca de la casa. Sin batería ni enchufes, pero con violines, mandolina, dobro, acordeón y guitarras acústicas degradadas, con una banda, The Sugarcanes, "que mira al futuro". "En San Sebastián estuvo Kris Kristofferson y nos fue muy bien con la gente".

"Mi mujer hace versiones de Tom Waits, y yo de Bing Crosby"

No es que rechace la imagen de sí mismo con The Attractions, entre My aim is true y Get happy, el más divertido de los iconos nuevaoleros. Le sigue gustando el pop, dice, porque "toda la música es potencialmente pop". "En Mokofuku (2008) hay elementos pop, aunque quizás fue un trabajo [editado en vinilo] que no se publicitó bien". En cuanto al estilo , ironiza, "yo hago música, no pretendo gobernar el mundo". "Además, no pretendo que se me escuche en las discotecas".

En su mundo ocupa un lugar central Diana Krall, pero no cree que se resten público: "De hecho es un placer. Además, ella canta versiones de Tom Waits y Jobim, yo de Bing Crosby".

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